Hacía mucho tiempo, estuve en una casa limpiando para ganar algo de dinero y me encontré con una carta, soy una persona que podría considerarse curiosa y, luego de haber terminado mi jornada de trabajo e irme a casa, decidí leerla:
Estuve preguntándome por un rato sobre qué escribir para ti, hay muchas cosas que quisiera decirte pero aún no sé expresarme cuando se trata de una persona como tú, la verdad siempre me pregunté cómo iba a terminar todo y, siendo sincera… de haberlo sabido, lo repetiría todo una y otra vez, cada vez que sufrí a tu lado, los momentos de paz y tranquilidad, aquella vez que creí morir para luego renacer más fuerte, aunque ésta es sólo una analogía hecha por aquellos que creen que se volverán más fuertes con cada golpe que se recibe; me gusta pensar que todo lo que hice valió la pena, incluso cuando en realidad parece que mi todo nada se volvió, prefiero pensar que me viste y pensaste que yo era todo lo que no podías llegar a ser, que por eso me elegiste para caminar a tu lado, porque sentías que te faltaba algo y yo llenaba tus espacios en blanco, tu sensación de vacío a tu alrededor que incineró tu interior y arrasó con aquello que de ti quedó.
Yo siempre quise creer que me querías por mis fortalezas y debilidades, aunque nunca en realidad lo pregunté y ahora sólo quedará la incertidumbre en mi ser de aquello que pudo haber sido pero nunca será, porque al fin y al cabo, todo lo que somos puede asemejarse a lo que son los demás, las personas que nos rodean dicen cosas hirientes y decidimos replicar o callar, eso forjará el carácter y nos enseñará a vivir, pero nunca nadie te enseña cómo retener ni dejar ir, de hecho a veces pienso que ni siquiera sé existir; porque cada paso que doy sin ti tiene menos sentido que el bailar bajo una tormenta e intentar sonreír.
No es como si mi vida no tuviera sentido es sólo que… la vida se tiñó de gris una vez que tu dejaste de existir.
Esto es para ti, aquella persona que eras y que luego de una batalla interna murió, para aquél ser que solía conocer y ya no es, para ti, aquello que quise sin descanso y que se fue sin dejar rastro, sé que no estás físicamente muerto, pero has cambiado tanto que llegaste a ese punto de ser irreconocible incluso para mí.
Aún me pregunto qué hubiera pasado si no te hubieras internado en aquél mundo de fantasía al que creías pertenecías y que siempre te dejaba con cicatrices imaginarias de una guerra que no era tuya, pero en la que luchabas con valentía.
Al recordarte pienso en la persona alegre y llena de vida en la que solía confiar y la cual ya no volveré a ver, no puedo escribir más, pues ya no sé qué agregar… sólo diré que… a pesar de tu esquizofrenia, tu esposa te amará sin cesar.
Luego de haberlo hecho y seguir yendo a trabajar, me pregunté de quién era aquella letra, ¿A quién le pertenecerían estos sentimientos que por entrometida leí? Pero mi respuesta llegó sola, solemnemente tomó la forma de una anciana, la señora que me contrató era su hija adoptiva, la cual encontró en un hospital abandonada luego de haber dejado a su marido recluido en el ala psiquiátrica, me costó mucho asimilar ese hecho, y debido a esa misma carta perdí mi trabajo, la señora la leía todos los días, recordaba a su marido y las cosas que nunca le dijo y vivía sólo porque respiraba.
En ése momento aprendí que hay cosas que no se pueden medir, y que podemos llegar a depender de aquello que nos hace revivir esos momentos donde fuimos felices, sentí pena por ella, pero meses más tarde comprendí que no debía hacerlo.
No me enorgullecía haber robado algo que no me pertenecía y al contrario de ello sentí pena por mí, al igual que esa señora debía hacerlo conmigo, porque incluso a una persona como yo que creía llevar una vida normal, estaba total y completamente vacía.
Aquí les dejo los últimos escritos en caso de que quieran leerlo.
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Le doy las gracias por leer mi escrito.
Entre todos hay que apoyarse, así que déjame tu último post y con gusto lo veré.
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Que tenga un buen, lindo, maravilloso y emocionante día.