Reconociendo nuestras múltiples limitaciones, buscamos integrar a nuestro estilo de vida, las conductas para ser: independientes, tolerantes y solidarios.
La independencia permite la máxima expresión de la individualidad. Cada persona es única e irrepetible. Destacando nuestros talentos, podemos aprender a mejorarlos, para ser de más o mejor ayuda a los demás. Y reconociendo las dependencias que esclavizan a otras personas, nos permite evitarlas y explicarlas con más facilidad.
Con tolerancia debemos permitir la evolución de las demás personas, respetando la ignorancia, y los procesos de cultivación o crecimiento, propios y ajenos. Con paciencia y optimismo, seamos el cambio que deseamos ver en el mundo, y ayudemos a cuantos más podamos, sin perder el tiempo en quienes nos rechazan.
Y solidaridad es la mejor demostración de amor, porque estamos entregando lo más valioso que tenemos: nuestro tiempo. Ese tiempo que todos los días debemos dedicarlo a mejorar, y ayudar a los demás.