Uno de esos cuentos es "Blanca nieves y los siete enanitos", que todos conocimos de niños gracias a la película de Disney o a los maravillosos relatos de nuestras abuelas. Sin embargo, la historia original de la princesa perseguida por su celosa madrastra es muy distinta a la que presenta el filme animado. En este sentido, la película "Blanca nieves y el cazador", que se estrenó hace algunos años con Kristen Stewart (la estrella de la saga "Crepúsculo"), fue un poco más sincera, porque en algunos puntos se acercó a la versión original. Claro que lo que muy pocos conocen -y lo que ninguna película aún ha mostrado- es que Blanca nieves realmente existió: fue una princesa de carne y hueso, casi ciega, que tuvo una vida mucho más desdichada que la que muestra el cine.
Pero vayamos al principio de todo. Durante mucho tiempo se creyó que Blanca nieves había sido concebida por el escritor italiano Giambattista Basile, que en el siglo XVI publicó el libro "Pentamerón: el cuento de los cuentos". Era una antología de historias tradicionales en la que aparecía el relato de Lisa, una niña de siete años que, tras un accidente con una peineta mágica, entra en un estado inconsciente. Sus padres, desconsolados, la dan por muerta y la entierran en un ataúd de cristal, lugar en donde la joven -inexplicablemente- sigue creciendo hasta adquirir el cuerpo y las facciones de una hermosa mujer. Una pariente, envidiosa de la belleza extraordinaria de Lisa, jura entonces acabar con ella y, en un rapto de locura, rompe el sarcófago y toma a Lisa de los cabellos. Pero, en su intento por arrastrar el cuerpo para enterrarlo en el bosque, se desprende la peineta y la chica despierta.