¿Pero qué caraj@# pasa, ah?
Fuente: is.gd/1XC8Qp
Marco Aurelio.
Marco Aurelio.
Marco Aurelio.
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En días pasados me encontré con un amigo con el que, desde hace un tiempo no conversaba. Luego del saludo de rigor, como de costumbre, llegamos al tema de la situación actual. Me decía que esto que está pasando, en lo que toca a la salud, es cuestión de suerte el que alguien se contagie con el virus, porque teníamos conocidos que, se cuidaban, se encerraban y han contraído el virus. Los 2 coincidimos que era así, tal vez el karma, o tal vez por obra de algún descuido que era difícil de detectar en qué momento fue.
Así conversando, llegó otro amigo nuestro y se unió a nuestro tema. Sin embargo, este nos llevó al tema económico. Nos decía que, definitivamente, la situación era para "volverse loco". Decía que solo algunos afortunados eran los que podían vivir bien dentro de esta crisis.
Fuente: is.gd/RdAu6z
Entre tantas aristas que le encontramos al tema de la situación económica, caímos en una diatriba interesante. Ya, al trío de amigos, se habían unido algunos allegados quienes también participaban en la conversación. Entre las opiniones, un señor que aparentaba unos 60 años, decía algo interesante: -Amigos, en cuanto a estar bien o no en asuntos de dinero y su consecuente estilo de vida, no es cuestión de suerte. La mayoría piensa que sí, pero, en realidad es un asunto de estudio, análisis, disciplina y trabajo perseverante. Si esto lo observamos desde muy jóvenes, las crisis son asuntos de relativa negatividad.
Fuente: is.gd/B78lje
A esta opinión, uno de ellos, interrumpiéndolo, le dijo en tono desesperado:
-¿PERO,POR LOS CLAVOS DE CRISTO, DE QUE CARAJ@# HABLAS?
Yo soy economista, egresado de la universidad, con máximos honores. Luego estudié contaduría, y también me gradué con honores. Nadie puede decir que soy indisciplinado o despilfarrador, y sin embargo, con la situación política se fue todo a la basura. ¿No es suerte? ¿No es suerte? A menos que esté conectado en un cargo con el gobierno.El sesentón, con una paciente actitud le decía: -mi querido amigo, mi intención no es juzgarle de ninguna manera, pero, créame que he pasado por situaciones de apremio, pero no he estado en situación desesperada. Siempre he logrado salir de esas situaciones. Lo que nos hace retroceder muchas veces es la falta del conocimiento que se logra con el estudio constante y la experiencia, que a veces ha sido negativa pero siempre me dejó enseñanzas que me fortalecieron... Mi amigo le decía -¿Hasta cuando pues? Tengo un montón de experiencia, estudios y nada parece funcionar. Definitivamente, es cuestión de suerte.
Fuente: is.gd/THLdTe
La conversación dio un par de giros más y luego todos nos fuimos a seguir haciendo nuestros quehaceres.
Esa conversación me dejó varias reflexiones con respecto "A LA DIOSA SUERTE", o no sé si nombrarla, mas bien, "la odiosa suerte". Yo mismo me he estado evaluando a la luz de esta conversación "fortuita" que se dio entre 3 amigos y algunos desconocidos amigables que llegaron al lugar.
Una de las conclusiones a las que llegué, como quien dice, de "yo con yo", o sea, hablando conmigo mismo, es que también, en algún punto de la conversación, estuve de acuerdo con mi amigo en su expresión POR LOS CLAVOS DE CRISTO, ¿HASTA CUANDO PUES?* O como se dice coloquialmente: ¿Hasta cuándo Rocky (el personaje de Silvester Stalone en su saga ROCKY) lleva leñazos? No soy uno de esos "afortunados" a los que la "o-diosa fortuna" ha favorecido a lo largo de la vida. Más bien he ido en un muy abrupto declive financiero y personal, por perder tantos privilegios o cosas queridas y necesarias en el actual momento de mi vida.
Sin embargo, una vez que dejé de lado mi autoconsolación, comencé a notar que, el sesentón (el señor de 60 años) tenía más razón de la que yo le habría admitido.
A veces nos dormimos en un punto de nuestras vidas donde sentimos que ya estamos a gusto, que "estamos bien", y nos dejamos llevar por la inercia de la cotinianidad y es ahí donde, por lo menos en mi caso, y según mi propia conclusión, estuvo mi error.
Dejé, sin darme clara cuenta, de innovar, redefinirme o reinventarme, y me dejé llevar por los comentarios -o actitud, tal vez- de los que me circundan: La crisis es mundial y muchos son los que van a perder lo poco o mucho que tienen, sin que podamos hacer demasiado para frenarlo o remediarlo; es algo que está ocurriendo a escala mundial. ¡CRASO ERROR EL MÍO! ¿Por qué? Porque realmente nunca pensé en que me podía afectar directamente a mí; tenía "un empleo estable" en una organización fuerte, grande y financieramente poderosa. Me dediqué a esforzarme más en el mismo empleo para no ser visto y considerado en la lista de los que saldrían de la organización , y por un tiempo funcionó, hasta que me tocó el turno. No hice cosas distintas, no cambié de ramo, no me reinventé cuando contaba con ese "lucrativo empleo, y al final, reventé.
Los seres humanos, en un gran porcentaje, aprendemos, si es que realmente aprendemos, con los golpes y cambios bruscos de la vida. Es ella una maestra cruel pero efectiva, solo si tenemos la capacidad de analizar en frío y salir del victimismo inconsciente, saldremos de pie ante esa tan dura maestra que es la vida.
Hoy, me dedico a aprender de nuevas tecnologías, nuevas maneras de comercializar, evalúo tendencias y no me dejo sentir cómodo con una sola cosa. Estoy tratando de no dejar los huevos en una sola cesta. Es un proceso duro, que me quema por dentro y a veces no me deja dormir, pero, como alguna vez escuché decir a un viejo español, que fue mi exprofesor en la universidad, y para mí era toda una biblia de la vida: "El que algo quiere, algo le cuesta. Y el que quiere algo grande, el costo también lo será." Es en esta encrucijada de mi vida cuando le vengo a entender por completo a mi estimado profesor.
Mi invitación a los que me leen: NUNCA PAREN DE APRENDER. Jamás se crean que ya están bien, porque, justo cuando crees eso, te pones cómodo y dejas de esforzarte, y por ende, dejas de crecer.
Aprende todo lo que puedas, rodéate de gente que te rete, que sean más sabios, más avezados en temas que desconozcas, en fin, nunca te dejes poner cómodo donde estás y como estás, porque es probable que si te sientes cómodo, puedas estar comenzando a retroceder de alguna manera.
Las citas que tomé de Marco Aurelio, el Emperador del Imperio omano desde el año 161 hasta el año de su muerte en 180, son un gran referente de esto que les planteo.
CREDITOS: @NANODJ
Fuente: foto de mi propiedad. Este soy yo.