Hola
Entre tantas ocupaciones del mundo real me he mantenido alejado de steemit, ahora soy más viejo desde la última entrada, aunque sea solo por unos cuantos meses. Meses que se han sentido como años.
No creo que se me hubiese extrañado mucho, pero en el proceso de desaceleración me encuentro aquí otra vez para escribir a modo de ficción, realidad o realidad ficticia una nueva entrada en este pseudo diario que para mi se ha convertido steemit.
Un viaje, una catarsis, una desintoxicación de la psiquis y la conciencia, para leer lo que pienso, para estar consciente de mi consciencia, presente en lo presente.
Hace 5 meses fue mi última entrada en steemit, hace 5 meses era una persona a quien no reconocía en un espejo, ahora me siento mas yo, más auténtico, y eso me gusta.
La gravedad coloca todo en su sitio.
Como si de la manzana de newton se tratase todo vuelve a su orden, en lapsos más largos o cortos del espacio- tiempo siempre es inevitable huir de ella, el cauce sigue su cursos y los acontecimientos después del horizonte de sucesos que van a pasar y pasará, lo inevitable nunca es opcional.
Por y para bien en mi caso, un viaje que sin querer queriendo se ha dado en tiempos perfectos bajo circunstancias perfectas, ame, amo, amare.
Mientras escribo esto me detengo a pensar en que palabras podría yo utilizar para describir lo que siento que ha sido el viaje.Podría ser una aventura Intrépida fuera de mi mismo hacia lo aparentemente desconocido, la reconquista de los miedos y tumbar los sesgos de la ignorancia supina en materias que antes yacían bajo la sombra de la ignorancia
No hallo por dónde empezar, porque cuantificar la importancia de sucesos aparentemente inconexos, los cuales ahora visto en retrospectiva logró tener conocimiento de que me han traído hasta aquí, es un cálculo inconmensurable para mi ahora sabido cerebro alérgico a las matemáticas
Una moledora de carne
La vida, nuestra vida, parece una moledora de carne y anhelos, una pistola cargada lista para accionar su gatillo y volar la tapa de tus sesos al aire de manera indiscriminada, injusta, amoral. Si todos los pecados se los llevó el hijo de dios, entonces no quiero saber como era el mundo antes de que dios, se arroja a este infierno para tratar de purgar al mundo de sus pecados.
Un sinsentido total. ¿Por que? ¿para que? Preguntas que desatan hasta en el más fehaciente de los creyentes profundas dudas y contradicciones acerca del rumbo que está tomando su vida, su motivo, y su norte.
Una montaña que se levanta a sí misma sobre cadáveres humanos quienes esperanzados fallecemos en el camino, solo para darnos cuentas que todo es una mentira absurda y que no hay nada que podamos hacer, nada de lo que tocamos, sentimos y hacemos tiene sentido porque solo somos una casualidad en un mundo de reacciones químicas y respuestas que se describen en algún modelo científico, nada de lo bello, hermoso e indescriptible existe, ni lo romántico y poético de nuestras idealizaciones más avergonzantes por su cursilería existen, solo son ensoñaciones de necios quienes no hemos sido lo suficientemente valientes para abrir los ojos y enfrentarnos a la dura realidad del sin sentido que vivimos.
El mundo era un sitio gris y oscuro, un gas de espesa consistencia que se te mete por la nariz y la boca y nubla la vista. La cortina de belleza y oportunidad, de amor y fe había caído para dar paso a un mundo frío y distante. Caí en el, me hundí, deambule solitario siendo víctima de gases que oprimen el pecho con fuerza y desvanecen la musculatura, quitan el vigor y apagan la mente.
Frio, tenia realmente frío y sentía miedo a lo peor. Monte en cólera y rabia, me enfureci ante la muerte de la luz y entristecí al verme tan impotente de encontrar belleza en la tierra podrida y seca. Odie, realmente odie, odie a dios por crear a esta moledora de carne maldita y fétida, odie a la casualidad por ponerme aquí, a la la vida por vivirla.
Alguna vez trate de huir, pero al despertar me encontraba magullado en el suelo, aplastado por mi propio peso, imposible de levantar los puños y luchar en contra, en contra de la luz que veía extinguirse, de la luz que dio paso a la oscuridad, de la creencia nihilista del absurdo de existir, de las gargantas del más oscuro de los finales.
Moribundo en el piso con la boca llena de mi propia sangre y las uñas llenas de piel, sangre y pelos que había arrancado de mi, decidí darle una última oportunidad a la luz. Simplemente, haría todo lo que pudiese para encontrar sobre mis carnes algún vestigio de ella.
Una Fuerza Fundamental
No es la fuerza nuclear, no es el electromagnetismo, no es la gravedad lo que nos mantiene de pie, se trata de algo más que no podemos describir, fe, amor o sentido, todo eso y demas sinonimos.
La luz que quería sentir sobre mis carnes era amor, uno que solo yo podía darme, uno que yo mismo me había negado, había caído en una trampa donde desaparecía y aquel vacío nihilista donde estaba atrapado, sobre la montaña irreclamable de sangre y huesos.
lentamente, mientras caminaba aquel sendero en busca de luz fui amando, aprendí a amar, a darlo todo sin esperar nada, solo porque sí, tal vez es solo la narrativa que me ha funcionado, para creerme superior, más fuerte y abnegado que los demás, para poder ponerme a mí mismo en un pedestal para ser admirado, pero ni existe pedestal ni reconocimiento he buscado.
En mi intimidad lo guardo para mi y lo utilizo para no volver a donde estaba, encendiendo una llama, una hoguera cuyo combustible tiene un incalculable valor. Si hubieron consecuencias de mi tránsito por aquellas tierras nihilistas, me hice mas distante y más frío, conozco el amargo del lado oscuro de mi mente, conozco el borde y los lugares donde no entra luz, se que lo mas valioso solo lo puedo atesorar y solo con honestidad se puede dar.
Me reconozco a mi mismo como alguien que sueña despierto y esas ensoñaciones también sirve de oxigeno para la hoguera, las risas, las gracias, los abrazos todo lo que se me ha dado lo he atesorado profundamente en mi corazón y en mi mente, recuerdo cada cosa que ha pasado por mis manos y entiendo su valor inmensurable en un sentimiento que he logrado convertir en combustible para seguir.
Siento la necesidad de compartir aquello que se me ha dado, de no poder acumularlo solo para mi, pero he de admitir que siento una profunda ansiedad a ser vulnerado, a exponerme, a dejarme ver lo suficiente como para ser dañado, por ello mucho lo guardo en mi intimidad.
Pero, sin darme cuenta he ido soltando un poco, mas selecto que antes, mas cuidadoso que ayer me desvanezco en sus sonrisa y su tono de voz, sin saberlo ella es una razón para seguir, parecía un loco si le dijera, sería un loco si no hiciera nada al respecto, pero esa, esa es otra historia.
A mis pacientes, que sin querer me han enseñado a vivir.
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