Venezuela es un país con muchos afluentes que hacen de nuestra tierra excelente para la siembra o para la cría de distintos animales. Al tener tantos ríos, se necesita de x cantidad de puentes para salvar la cantidad posible de accidentes geográficos como los son todos los cuerpos de agua, algún valle, un camino peligroso, o cualquier obstáculo físico.
Dentro de la gran cantidad de puentes existentes hay unos de remota importancia o fama, y otros con más notoriedad, como lo son el puente de Angostura, primer puente colgante de Latinoamérica. El puente Rafael Urdaneta que cruza el lago de Maracaibo, el puente internacional Simón Bolívar el cual une a Venezuela y Colombia, y el puente Orinoquia, siendo el segundo puente sobre el río Orinoco.
Nuestro estado Apure cuenta con dos puentes importantes para su economía. El puente María Nieves, que nos conecta con el centro del país, y el puente colgante José Cornelio Muñoz, en Bruzual, conectándonos con el occidente de la nación.
¿Cuál es la habladera de los puentes venezolanos? ¿Cuál es el fin de mi cháchara?
Es contarles una anécdota increíble sobre la construcción de nuestro puente María Nieves.
Como dije antes el puente María Nieves para nosotros los sanfernandinos, es el más importante porque nos une al centro del país a través del estado Guárico. Lo tenemos localizado en plena entrada a la ciudad, tiene una longitud de más de 500 metros y su nombre se debe a un famoso cabrestero y domador de caballos que cruzaba el río a nado, al lado de su montura como guía para el ganado y llevar los animales a la otra orilla. Para ese tiempo se dice que el río tenía un ancho de más de un kilómetro y había más caimanes que agua.
Su construcción comenzó a principio de los 60, por una empresa presidida por el señor Manuel Pérez Marcano, de origen margariteño y el costo inicial de la obra se aproximó a los 10 millones de bolívares.
Hoy en día en Venezuela te comes dos empanadas y un refresco con esa cantidad.
La cuestión es, que el gobierno en turno presidido por el dictador Marcos Pérez Jiménez, no finiquitaba el pago final por la construcción de dicha obra y el apoderado de la empresa ofreció una ofrenda milagrosa a la virgen del valle, si se lograba la cancelación de la deuda. Esta ofrenda consistía en una réplica en oro 18 quilates, tamaño miniatura, con un peso de tres kilogramos.
Finalmente el gobierno de Pérez Jiménez hizo la cancelación total de la obra y el señor Pérez Marcano cumplió con la promesa ofrecida, llevando la réplica hasta el museo Diocesano de la Virgen del Valle, en la isla de Margarita. En el año 1963.
Allí estuvo por muchos años, hasta que la avaricia del ser humano produjo un mal acto de fe y la reliquia fue robada por un funcionario protector de los objetos llevados hasta ese recinto por los actos de fe de las personas, y donde supuestamente era muy respetado por comportamientos ejemplares dentro de la sociedad margariteña. El hombre tentado cae en pecado capital, pero todos los pecados son descubiertos y este señor junto a sus secuaces, fue puesto en prisión por el robo y la destrucción de piezas pertenecientes a la curia del estado Nueva Esparta. Esto ocurrió el año 2017.
Ya esta pieza con más valor religioso que monetario no existe, pero los culpables estas tras las rejas. El autor intelectual murió estando preso. Solo queda el asombro de una historia que pocos creerán que es cierta pero ocurrió en realidad. Allí está el internet, averigüen.
Gracias por leer y comenten si el RC les da un chancecito. Un fuerte abrazo a todos y feliz vida.
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