SpanishChallenge #19 [Relato] - Historia de una interna

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Historia de una interna

Daniela despertó con el fuerte resplandor del sol sobre su rostro, aunque intentó cubrirse un poco con las manos, durante los primeros segundos resulto doloroso hasta que sus ojos lograron acostumbrarse a la cantidad de luz que recibían. Se sorprendió del escenario que tenía a su alrededor, al verse tendida sobre un lecho de arena se colocó en posición de loto y allí recurrió a su reloj, chequeó la hora 11:17 am, se puso de pie y al examinar su entorno pudo sentir como un frio le recorría el espinazo, le helaba manos y pies, la descompensaba.

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Daniela apenas superaba los 23 años, era estudiante del quinto año de medicina y se apasionaba por aquello a lo cual planeaba dedicarse al resto de su vida, así que los sacrificios que le demandaba prepararse a salvar vidas, los realizaba con gusto. Vivía separada de sus padres por una carretera de unos 700 km de longitud, razón principal para verlos no más de un par de veces al año, aunque el amor era mutuo e inmenso, la comunicación cada vez era más escasa.

Semana final de clases igual a semana de parciales a morir, había llegado la hora de la verdad luego de varios meses arduos de estudio, trasnochos e incontables tazas de café y bombas de azúcar. El viernes Daniela presentaba sus dos últimos parciales, sus dos últimos de seis que tuvo durante esa semana, habiendo dormido no mucho más de 20 horas en los últimos siete días, ya se sentía lista para enfrentar el reto.

El primero de sus exámenes era el de Medicina legal, presentaba a las 7:30 am, así que programó el reloj despertador a las 6:15 am, se bañó y vistió rápidamente, tomó el autobús y al llegar la universidad pasó por la cafetería y pidió por desayuno solo un sándwich de queso amarillo y una Coca-Cola. Cumplió con éxito su objetivo, el examen duró unas 4 horas, así que al salir tenía unas tres horas para almorzar y repasar con sus amigos el contenido del siguiente parcial.

El encuentro no se hizo esperar, allí estaban Ana, Lucia y Alberto –sus mejores amigos – con quienes luego de almorzar una bala fría y discutir las posibles respuestas de la prueba anterior, comenzó la ronda final de preparación típica de cada examen de Medicina III, que a diferencia al pasado, sería en el Hospital Clínico Universitario, debatiendo con el profesor especialista diversas patologías manifestadas en algunos pacientes. Entraron a eso de las 2:00 pm, el examen se prolongó durante más de 5 horas mientras todos los estudiantes fueron evaluados. Al finalizar la jornada, la juventud y la euforia de haber culminado el quinto año de carrera se sobrepusieron al cansancio y a la necesidad apremiante de dormir.

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Daniela permaneció observando el panorama a su alrededor y con un gesto nada exagerado, abrió su boca sorprendida por lo que veía. Se dejó caer nuevamente en la arena y reflexionó por un momento ante aquello: arena y aguas cristalinas – a excepción de un par de palmeras a su lado y una montaña con vegetación xerofita en el centro – era todo lo que allí había. El dolor de cabeza producto de la resaca casi se espantó por completo del susto, pero no se fue del todo, se preguntaba si todo era fruto de su imaginación o quizás sí se encontraba soñando, pero todo apuntaba a que Daniela realmente se encontraba en un cayo y no tenía idea de cómo había llegado allí.

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Todos los estudiantes lograron obtener buenas calificaciones, así que la celebración fue colectiva. Los planes grupales empezaron a develarse, la novia de AlbertoPatricia – los estuvo esperando afuera aguardando la fiesta de esa noche, se saludaron con un beso de cómplices y aunque pudo notarlo en su cara igual le preguntó:
-¿Y? ¿Cómo estuvo?
-La partimos cariño, nadie creía que fuera posible pero todo el grupo logro aprobar y casi todos con buenas calificaciones.
-Heyyy, que excelente, ya falta poco mi vida, verás que antes que te des cuenta te estarás graduando y me harás una novia sumamente orgullosa.

Las tres chicas se acercaron y saludaron con besos a Patricia, así que esta les preguntó:
-¿Y cuál es el plan para esta noche entonces chicas?
Ana respondió:
-Creo que esta noche será el café que está en la Av. Mendoza, entre la 8va y 9na, al parecer todos van para allá.
A lo que Alberto agregó:
-¡Chicas, el plan ha cambiado por completo!, ¿Recuerdan a Reinaldo, el novio de Gaby que es estudiante de ingeniería?
-¡Sí, por supuesto!
, respondieron las tres a la vez.
-Bueno, al parecer tiene muchísimo dinero, Gaby ha dicho que todos estamos invitados para ir a fiestear esta noche en un yate inmenso que es suyo.
-¿Qué? Suena genial, manifestó Lucia. Aunque no entiendo porque no lo hacen de día mejor, de verdad que el mar de noche me provoca un poco de miedo.
-No se preocupen chicas, el mar en estos lados es bastante calmado aún con marea alta.
-¿Pero iremos primero a cambiarnos no?, preguntó Daniela. Vestía un jean negro con una camiseta gris, que era lo único que lucía bajo su bata de estudiante.
A lo que Alberto respondió:
-No lo creo Dani, el yate saldrá en una hora del muelle, apenas tendremos tiempo para comer algo y comprar algo de beber, no te preocupes, todos iremos como estamos, no creo que nadie esté pendiente de como viste nadie, menos con tanto alcohol y con la fiesta que se va armar.

Cosa en la que todos estuvieron de acuerdo, rieron y procedieron a ejecutar el plan ya anunciado.

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De no ser por la resaca Daniela estaría hambrienta, pero no tenía ganas de comer en lo absoluto, menos aún con el susto que permanecía en su estómago. Se refugió en la sombra de las palmeras, y lo único que realmente la angustiaba más allá de su destino incierto era su situación actual, no tenía una sola gota de agua. Por un momento Daniela notó algo en el horizonte y se sintió menos solitaria.

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Comieron hamburguesas y después compraron alcohol, unas 5 botellas entre ron, vodka y tequila con sus respectivos acompañantes, los núbiles se dirigieron al muelle. Allí se encontraban _Gaby_y su novio Reinaldo recibiendo a los invitados, la fiesta a bordo ya había comenzado, Alberto estacionó su carro y todos bajaron para iniciar la aventura de esa noche, eran los últimos en llegar.

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Daniela se puso de pie y se acercó hasta aquello que había llamado su atención, presenciaba un evento que pocos tienen la oportunidad de contemplar personalmente, luego de meses de madurar finalmente las tortugas salían de los huevillos que los albergaron durante todo ese tiempo, eran cientos, esta vez no había depredadores que arruinarán este milagro de la naturaleza, solo ella como testigo.

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Emilio era otro de los que conformaban el grupo de estudiantes de quinto año de medicina, quien estuvo con Joselyn durante más de dos años en una relación abierta para la que no estaba nada preparado, ya que nunca había podido superar las aventuras adolescentes de Joselyn por estar realmente enamorada de ella. Emilio se encontraba en el yate esa noche cuando este inicio su travesía hacia mar abierto, también Joselyn, sin embargo, esa noche Emilio habría puesto los ojos en otra chica: Daniela, una de las más tímidas y más aplicadas de la clase, que tenía un no sé qué que le atraía desde hace mucho.

Esa noche el alcohol no tenía posibilidades de escasear en el yate, la música, luces y un ambiente de camaradería eran la mezcla perfecta para una fiesta que prometía. El Damasco era un yate Benita Blue de 110 pies de largo y 23 pies de ancho, con 4 camarotes y hasta un jacuzzi a bordo, que permitía hospedar a unas 25 personas fiesteando. La verdad es que cuando Alberto afirmó que Reinaldo tenía dinero, no bromeaba en absoluto.

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La eclosión de los huevos en el islote se prolongaría durante varias horas, que bajo el sol ya inclemente del medio día, Daniela no se atrevería a presenciar. Antes de volver a la única sombra de aquel islote, Daniela decidió explorarlo primero, se trataba de un playón de unos 400 m2 y una elevación en su parte central cubierta de cactus y maleza, el islote estaba rodeado por aguas de un poco más de un metro de profundidad, al recorrerlo, en uno de los puntos más alejado de las palmeras, para sorpresa y bendición de Daniela había una bolsa de hielo descongelada y par de gaseosas que alguien había dejado olvidado, quizás uno de sus compañeros, aunque ella no tenía la certeza de cómo había llegado allí, la sospechaba atajaba el camino completo. Regresó a la sombra para tomar los líquidos y descansar, hacía su mejor esfuerzo por practicar auto-control, “Me van encontrar, me van encontrar” se repetía para sus adentros.

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Ya en el calor de la fiesta, tanto Lucía como Ana, se vieron abordadas por chicos que las pretendían, Daniela no fue la excepción, se le había acercado un antiguo compañero de clases y amigo, Emilio, que había estado por unas dos horas y media hablándole exclusivamente a ella, bailando e invitándole tragos, él no le desagradaba pero desde el principio le extrañó tanto interés de su parte en tantos años de amistad. Bueno, también era cierto que Emilio había terminado recientemente con Joselyn -quien los observaba desde la distancia- y todos lo sabían, cosa que ella no le daba la menor importancia.

Mientras tanto, Alberto disfrutaba con Patricia de una de las mejores noches de su vida metidos en el jacuzzi del yate, en ropa interior a la vista de todos y sin pudor alguno, de igual forma, nunca fueron los únicos. Pronto Reinaldo anunció la llegada al destino planeado, un cayo famoso por la tranquilidad de sus aguas y su agradable ambiente.

El yate se detuvo a unos 100 metros del cayo, donde la profundidad de las aguas aún permitía el tránsito de la embarcación. Los jóvenes se lanzaron al agua, unos vestidos, otros solo en ropa interior, otros con traje de baño. Al llegar al destino Daniela ya se encontraba un poco tomada pero aún consciente, junto con Emilio abandonó el barco dirigiéndose al islote. La rumba duró toda la noche en la playa, fue increíble como casi de forma preconcebida poco menos de todos los jóvenes allí presentes terminaron emparejados, una de esas pocas excepciones fue Joselyn, quien no terminaba de observar a su ex con su nueva acompañante.

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Ya eran casi las 3:00 pm cuando algunos sonidos de aves despertaron a Daniela nuevamente bajo la sombra de aquellas palmeras, alzó la vista y atestiguó otro espectáculo de la naturaleza sin precedentes para ella, un espectáculo que abarcaba al mismo tiempo mar y aire. Durante su letargo, un inmenso cardumen de peces rodeó la isla y por la poca profundidad de sus aguas, los llevaba a saltar por encima de la superficie una y otra vez, al mismo tiempo, una muchedumbre de gaviotas que probablemente los venían siguiendo hace un rato, hacían un festín en las calmadas aguas, donde su presa les era blanco fácil, como dije, fue un espectáculo sin precedentes. Daniela se levantó y abandonó la comodidad de la sombra, caminó unos metros a la orilla y sacudió la arena de su pantalón, elevó la vista al cielo sonriendo para sumergirse en aquellas rapaces que le rodeaban. Sonrió. Todo esto parecía un regalo para ella por estar allí.

.....

A eso de las 5 am, casi todos habían abandonado la playa y subido a la embarcación. Daniela y Emilio, recostados a las únicas palmeras en el islote, se besaban lentamente bajo el baño de luz que la luna les concedía, ambos estaban bastante tomados y su a embriaguez poco le faltaba para mermar, en medio de aquella escena Joselyn apareció llamando a Emilio a susurros una y otra vez, al percatarse Emilio cesó los besos disculpándose con Daniela – ella estaba medianamente al tanto de que sucedía a su alrededor – se aproximó a Joselyn y le inquirió que deseaba.

-Discúlpame Emilio, llevó todo lo que va de noche observándote y no puedo resistir seguir viéndote con ella.
-Que desafortunado momento para que lo digas, ¿Por qué no pensaste en eso antes? ¿Lo harás ahora justo cuando me acercó a alguien que vale la pena? No terminamos por mi causa, fue por ti, querías seguir en una relación conmigo pero sin ningún tipo de responsabilidad ni compromiso.
-Lo sé Emilio, lo sé. Pero sino hago nada ahora siento que te perderé para siempre. He estado pensando todos estos días y no ha habido oportunidad para decírtelo. Ya estoy lista Emilio, es contigo con quien quiero estar para siempre.

En medio de su poca lucidez, Emilio entendió el mensaje y terminó por apelar a sus sentimientos, ¿Cómo negarse a lo que siempre quiso de Joselyn durante toda su relación? Aún luego de semanas separados la seguía queriendo como si fuese el primer día.
-Para siempre, ¿Cómo que para siempre? ¿Estás segura de lo que dices o es solo un capricho?
-¡Para siempre! No te estoy pidiendo matrimonio tonto, pero no me veo con nadie más que no seas tú, ese es mi para siempre.
-¿Y que hay con Daniela?

-Me lo merezco, lo dejaré pasar y lo olvidaré.

Joselyn se acercó a Emilio, él la tomó entre sus brazos y sellaron su pacto con un beso.

-Debo buscar a Daniela y llevarla al bote.

Se separó de Joselyn y camino varios metros hasta llegar a ella, quien le recibió balbuceando así:

-¡Idiota! no quiero que me toques. Lo he visto todo. Me has usado solo para darle celos…
-Dani, te juro que…
-Vete, no quiero verte.
-Dani, pero alguien debe llevarte al bote.
-Mis amigos vendrán por mí, no te preocupes.

Emilio lleno de remordimiento dio media vuelta, dejó a Daniela allí y partió al barco acompañado de Joselyn.
Mientras tanto, sin muchas energías Daniela no tardó para quedarse dormida junto a las palmeras.

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Ya no podía dormir, comenzaba a inquietarle que a tan altas horas de la tarde no hubiesen notado su ausencia, tomó tiempo pero a lo largo de la tarde le empezaron a llegar fragmentos de recuerdos hasta que pudo armar el rompecabezas completo: como había llegado allí, con quien estaba y por qué se quedó sola en el cayo, lo sabía todo. Pensó que no tenía caso echarle la culpa a Emilio si fue ella quien insistió que la dejará allí. A eso de las 5 pm, un motor empezó a escucharse y se percató que un bote se veía en el horizonte.

.....

Lo siguiente que paso antes que el capitán partiera al muelle de origen, fue que Ana, Lucia y Alberto acompañados de sus respectivas parejas, pensaran que Daniela estaba con Emilio o con cualquiera otro de ellos, mientras que Emilio se internaba con Joselyn en un camarote.

Aunque llegaron al muelle al amanecer nadie se retiró de allí, todos durmieron en los camarotes y en las áreas comunes del yate afectados por el alcohol. No es necesario entrar en tantos detalles, pero como pueden imaginarse lo que pasó al despertar es que notaron la ausencia de Daniela, notaron que estaban sus cosas, indagaron de su paradero, pensaron que pudo haber caído por la borda, hasta que hablaron con Emilio y se dieron cuenta que la dejaron abandonada a su suerte. Inmediatamente, todos volvieron al islote con el único fin de encontrarla.

Al llegar al islote, para el asombro pero no tan seguro para el alivio de todos, la isla no se encontraba desierta, al acercarse a la playa lo suficiente, quienes bajaron primero del yate fueron Alberto y Emilio, quienes se zambulleron en el agua sin dudarlo, llegaron rápidamente a la orilla y se aproximaron a un grupo de personas que se encontraban a un lado de las palmeras. Había tres parejas allí en la playa preparando comida, tomando y escuchando música, no hubo necesidad de intercambiar palabras cuando terminaron de inspeccionar los rostros y se dieron cuenta que Daniela formaba parte de una de ellas.

Ella los vio y con un ademán les sonrió con trago en mano, estaba instalada charlando amistosamente con uno de los hombres allí presentes. Quien sabe, después de todo quizás le habían hecho un favor dejándola sola en aquel islote vacío.

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Quisiera aprovechar para agradecer a todos aquellos que promueven el crecimiento de la comunidad hispana en steemit, ellos a continuación: @smooth, @instructor2121 ( @steemtrail ), @cervantes, @wackou, @xeldal y @riverhead.

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See you on the road steetmianos!

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