LA MOTIVACIÓN
Luego de varios minutos pensando, empecé a recordar cómo mi madre hacia empanadas por las mañanas, admito que yo jamás las había preparado, sólo intenté recordar e ir cumpliendo los pasos a medida que veía las imágenes en mi mente. En el fondo sentí que si tocaba la cocina, haría un desastre, pero bueno, sigo vivo.
EL GUISO
Recordé que la noche anterior había ayudado a mi madre a hacer carne guisada para unas arepas, entonces, se me hizo sencillo volverlo a hacer, aquí muestro la carne en su punto de ebullición.
Aquí, una vez seca la carne, agregué un par de aliños y condimentos. Mientras hacía esto olía muy bien pero en el fondo tenía temor de ver la cocina explotar, es un temor que he tenido desde niño y por eso siempre he estado distante de las artes culinarias.
Como me gusta la variedad, y planeaba comer unas tres empanaditas (si, me encantan), no podía faltar otro relleno, el típico queso rallado.
LA MASA Y LAS EMPANADAS
En mi país existe un precio máximo regulado por el Estado con respecto a la harina de maíz, por ende, como efecto inmediato en cualquier economía, si regulas un producto con un precio que incluso esta por debajo del costo de producción, pues desaparecerá de los anaqueles porque ningún empresario va a trabajar para perder. Por suerte, una compañera de clases me había obsequiado dos kilogramos de esta harina (seguramente obtenida en mercados paralelos). Y aquí está el resultado, logré hacer mi primer empanada, en este caso apliqué la deliciosa carne guisada
Aquí ya tengo mi primer empanada friéndose, este es el momento donde mi temor se elevó a la estratosfera, pues, el agua con aceite siempre me ha parecido peligrosa, pero usé poco para no ocasionar una explosión atómica.
EL RESULTADO PLACENTERO
Después de una hora de temor, finalmente logré hacer mi primer empanada de carne guisada, debo admitir que estaba exquisita, tanto, que posteriormente hice dos más. Aquí les muestro como me quedó.
Mientras la disfrutaba pensé incluso en hacer una venta de empanadas, porque considero que se me dio muy bien, pero luego recordé los problemas que existen en mi país con la harina, los altos costos de los rellenos, y se me pasó.
Sólo me queda hacerlas en ocasiones especiales, donde con mucho gusto puedo compartirlas con gente especial, como ustedes queridos amigos Steemians.