Vivir en el arte de existir, no comparte complicidad conocida por algún corazón que se despedaza en el roce de la emoción. La simpleza de la razón bosqueja sonrisas de siempre, en alguna sensación; compartimos el alma en una nota que vuelve el tiempo en eterno, no vemos sorpresas que se asoman en algún rincón de la vida.
Reír y morir son las consignas de alguna agudeza astral.
Al final nos unimos en una frase, que se une, y rompe a la vez en un trueno celestial, que siempre sorprende al decir "unidos".
Nos veremos juntos en alguna sorpresa del destino, que rompe a llorar al dividirnos.