Ahora sí, abre los ojos.
¡No te asustes, amigo! Estás atado a tu pasado.
Esta situación sólo es fruto de una gestión tuya pasada ya, pero apuesto a que sabrás salir de esta con éxito... Con la misma resolución que pediste en aquel tiempo a tu gente y ante los que te jactabas de tener un control sobre tu negocio, cuando lo que tenías era su futuro y el de sus familias entre tus manos.
¡Cuánta responsabilidad tan mal llevada!
Aunque no nos conocemos personalmente, el fruto de tu libertinaje está grabado en mi pasado. Sí, yo fui un daño "colateral" de todo aquello y, desde el presente, aún con las heridas cicatrizando quiero que te quede claro que tus actos tuvieron consecuencias: ellos trabajaron para ti siendo "tu empleado fiel". El que siempre salvaba tu reputación.
Y entonces, tú, olvidaste tu parte del trato. Pasaste por alto que tus trabajadores seguían sacando el trabajo que tú no sabías cuidar, salvando de ese modo tu pellejo. Y tu reputación.
Y dejaste de pagar sus sueldos sin una disculpa, otorgándote un indulto que nunca nadie entendió… Un descuido tuyo, intencionado, del que aunque tú quitabas valor, ellos pagaron con un interés muy alto.
Craso error: No dejaste participar a tu conciencia y podría haberte dado algún buen consejo...
Hoy, yo quiero proponerte una prueba. Mi prueba.
Jugarás con mis reglas del juego ante mi mirada que no flaqueará por ti. Créeme si te digo que disfrutaré viéndote luchar, al igual que ellos lucharon con tu reglamento en el que, como tú ahora, tenían una evidente desventaja...
La diferencia es que tú hoy jugarás solo. Guiarás el camino de tus decisiones y sobre ti caerá el peso de tu propia salvación.
No te quejes: es todo un detalle por mi parte.
¿Puedes sentir el abandono y la soledad del que no sabe cómo continuar adelante en esta sala fría y diáfana?
Ante ti tienes un espejo que te devolverá tu patética imagen cada segundo. La imagen de alguien que está tratando de entender por qué le ocurre esto, cómo debe actuar o por qué debe hacerlo así siendo una voluntad ajena.
Mira, te explico:
La urna que tienes sobre la cabeza contiene, en euros, cada uno de los miles y miles de los que has privado a tus empleados bajo la falsa promesa de “el lunes que viene”. Tenías el valor de seguir mirándoles a los ojos y continuar prometiendo para “el lunes que viene”. Y así seguiste hasta más de 60 semanas… Estabas enterado de la angustia que iba detrás de muchas ilusiones rotas, embargos de viviendas, rupturas de parejas e incluso problemas familiares para poder comer. Pero siempre era “el lunes que viene", y ese lunes nunca llegaba.
Casi un año y medio es demasiado tiempo al final para darles una solución ¿no crees?
¿Vas a poder resolver esta incertidumbre y aguantar el calvario de sentir todo su peso sobre tu cabeza en sólo seis minutos?
Un consejo: trata de mantener la cabeza impasible para poder realizar una planificación de tiempo perfecta. Silencia tus nervios y lleva tu dolor a un plano secundario.
La urna estará soltando monedas desde una distancia de 50cm sobre tu cabeza -sí, la tienes sujeta con un arnés- en intervalos de 5 segundos. Hasta que hayas pagado toda tu deuda. Vas a sentir cada euro robado caer como una losa en tu cabeza… De hecho, no vas a poder pensar en otra cosa.
No quiero hacerte falsas promesas: sólo vas a salir de aquí si puedes soltar esos arneses que te fijan rígidamente la cabeza al cuello y los que fijan tu propio cuerpo al asiento. Busca dentro de ti, puede que no estés tan vacío como piensas:
Te costó dar a los demás lo que tenían ganado por derecho. Así que la primera llave la debes buscar en ese brazo que tanto ha cerrado el puño para sí mismo, y que sólo daba limosnas, no lo que correspondía...
Ha sido laborioso, pero puedes buscarla entre los tendones de la muñeca y los huesos del antebrazo. Es la única pista que puedo darte ¡el resto del trabajo debes hacerlo tú! Con esta llave soltarás cuello y cabeza del arnés, pero seguirás atado al asiento con correas en tu pecho.Para localizar la segunda, debo darte la localización exacta: con toda la información y aún así sentirás el sudor correr por tu frente. Te lo aseguro.
He creado un paralelismo para que lo entiendas: como esta llave desactiva el sistema de expulsión de monedas, la podrás encontrar en una zona de “reserva” de tu cuerpo. Debes buscarla tras el pliegue de la bolsa que contiene tus grandes tesoros de hombre. Esas reservas de continuación para tu estirpe de ladrones: una zona que te hará dudar si abandonarte a mi suerte finalmente.
Lo siento, no puedo parar de sonreír. Tú también deberías hacerlo.
La herida todavía esta abierta, creo, y ha quedado hecha una chapuza. Pero considéralo una ayuda, así no tienes que abrirla tú.Y así, espero que exhausto y casi sin fuerzas, y todavía en la silla, la última de las llaves, la que te dejará salir de este recinto de horror, la podrás encontrar en la boca de tu estómago. Así de simple.
¿Reconoces esta sala en la que te sentabas a esperar viendo como todo se hundía?
Con un corte fino y poco profundo, y los nervios acumulados por esta experiencia, caerá por su propio peso. Descuida que no te llevará mucho tiempo ni apenas dolor, sólo alguna pequeña molestia. Con la suerte de tu parte, quizás asqueado por lo que has hecho, las propias náuseas que te sobrevengan quieran expulsarla.
Y ahora, si tienes fuerzas, ganas y ánimo, después de esto trata de salir de aquí por tu propio pie y continúa con tu vida como si todo siguiese igual…
Yo te estaré vigilando.
En esta ocasión he vuelto con una de mis historias de terror libre. Me gustar clasificar alguno de mis relatos en, lo que yo denomino, “terror social” en el que no termina de quedar muy claro quién es el bueno, y quién el malo.
Está dedicada a todos los trabajadores y trabajadoras que, confiando en su patrón, viven el calvario de no ser remunerados por su trabajo llegando a situaciones límite en las que pueden perder sus familias, su dignidad y hasta su vida cuando llegan a puntos muy extremos de precariedad.
Si os ha gustado y quereis más post de este tipo, estaré encantada de seguir escribiéndolos para la plataforma.
Aprecio vuestros votos y comentarios, de verdad.
Un saludo y aquí seguiremos, escribiendo para seguir dando otra perspectiva...*