Una vez soñé, una vez amé, una vez comprendí que el amor es traicionero, que el corazón de las personas lo mueve el interés o son presos del deseo.
Ahora que me doy cuenta de las cosas, prefiero hacer uso de la ilusión, pues ella me motiva más que estar enamorado. Intentando que la realidad no me alcance.
Comprendo desde entonces, que un amor a distancia es capaz de eso, no tener la persona a tu alcance, permite que seas más abierto sentimentalmente y esto es, porque inconscientemente sabes que si te lastimaría, muy pronto lo superarías, pues no tienes una imagen mental de ella en cuerpo presente para lastimarte todos los días con su recuerdo.
El ser humano no puede vivir sin amor, yo he sufrido, tal vez menos, más o igual que tú, ya en mi edad avanzada, las artes ilusorias cuestan más, es una llama de vela muy, muy débil que al mínimo viento se apagará, pero vivo de ellas, o sobrevivo por ellas, la ilusión de creer que se puede conseguir inventando en el cómo y cuándo, evitando soñarlo, para que no tome forma y no se convierta en una realidad, pues sé en que termina y necesito CREER.
La ilusión es una esperanza que ya no poseo, el poder de la imaginación, soñar es proyectarse en que se materializará lo que ilusionas. Pero como una vez soñé y una vez amé, sé en qué terminará, por eso prefiero mantener viva la ilusión, con ella la esperanza y mantenga mi motivación, sin aspirar a más nada, a lo lejos, a la distancia.
Derechos de autor del texto @sidinca.
Collage de imágenes editadas con: MediBang, para separadores e imágenes.
Fuentes
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