Muchas veces cuando iniciamos una terapia o nos ponemos a reflexionar nos podemos dar cuenta de algunas cosas, la manera en la que actuamos o las excusas que usamos para justificar nuestras acciones y decisiones, este proceso es complicado porque nos invita a deshacernos de nuestros mecanismos de defensa, pero ¿Qué son?
Los mecanismos de defensa son aquellas herramientas inconscientes que el individuo usa para defenderse de lo que considera que podría producirle un daño a su Yo, lo que lo lleva a refugiarse en ideas y pensamientos que justifiquen su manera de actuar, pensar y ser, para evitar enfrentarse con emociones o pensamientos que no es capaz de manejar y generarían sentimientos depresivos, ansiedad o afectaría su autoestima.
¿Cómo funcionan?
En diversas ocasiones nuestros mecanismos de defensa nos confunden al grado que nos convencemos de que todo está perfecto cuando en realidad venimos cargando con una bomba de tiempo a punto de explotar.
Fritz Perls, padre de la terapia gestáltica, indica que existen cuatro mecanismos neuróticos que operan en las perturbaciones del límite de contacto: La introyección, la proyección, la confluencia y la retroflexión. Luego se han agregado otros tres para explicar otras maneras de funcionar: El egotismo, la deflexión, la profexión, además vamos a añadir dos más provenientes del psicoanálisis (de Sigmund Freud), como son: La racionalización y la negación.
Introyección: Es el mecanismo mediante el cual cuerpos extraños se agregan a la personalidad. Cuando no estamos de acuerdo con una idea y tenemos que aceptarla porque alguien más así lo dicta es normal sentirse mal, porque va en contra de lo que queremos o pensamos, al aceptarlos estos se alojan en nuestro inconsciente y algunas veces terminamos aceptándolos como propios, aunque sean de otros. A estos modos de actuar: actitudes, ideas, juicios o evaluaciones se los llama “introyectos”. Cuando introyectamos estamos asumiendo cosas que no son nuestras, tragándolas y haciéndolas parte de nuestra personalidad.
Proyección: Viene siento el contrario a la introyección, en este caso somos nosotros quienes hacemos responsables a la sociedad por nuestras acciones, costumbres, pensamientos o valores. Lo que sucede es que no somos capaces de ver en nosotros mismos aquellos que somos y por lo tanto se lo adjudicamos a otros, tal como lo hace un proyector de imagen.
Confluencia: Se da cuando la persona y el ambiente se confunden. El sujeto no percibe ningún límite entre él y el ambiente, sintiendo que es uno con él. Cuando somos niños esto es normal pero a medida que crecemos entendemos que somos uno separado del ambiente, seres individuales. En la confluencia no puede vivenciarse a sí mismo pues ha perdido todo sentido de sí. No sabe quién es él ni hasta dónde llega; ha olvidado, o quizá nunca supo, qué le diferencia de los demás, y ha perdido la capacidad de verse y percibir sus necesidades, incluso las biológicas.
Retroflexión: significa "volverse hacia uno mismo". Es volcar hacia sí mismo lo que se desea hacer a otros, en lugar de redistribuir sus energías para lograr actuar en el ambiente o promover un cambio en él y manejar la situación de modo que satisfaga cierta necesidad. De esta manera el retroflector es aquella persona que continuamente lucha consigo misma. Contra todo lo que ve de sí que no le gusta, o cree que no le gusta al mundo.
Egotismo: Hay un incremento defensivo del yo, en detrimento de otro o de los otros. La persona necesita ser el centro de atención, ser vista por otros y antepone sus necesidades a las del entorno. Para el egotista no existen los otros, todo el mundo gira en función de él y sus necesidades.
Deflexión: Es una manera de evitar el contacto, ya sea con personas o situaciones que le generan malestar o que no es capaz de enfrentar por miedo, puede mostrarse verborreica (Habla mucho) pero vacía, silenciosa o distante, y hablar de cosas carentes de interés o poco conectadas con el tema de que se trate con tal de evitar aquello que le da miedo enfrentar.
Proflexion: Consiste en hacer o decir al otro lo que me gustaría que me hiciera o me dijera a mí. El proflector trata de conseguir del entorno determinadas acciones hacia él. Es un mensaje indirecto al interlocutor, probablemente con la intención inconsciente de éste haga conmigo lo que yo hago con él.
Racionalización: Éste es el mecanismo de las personas más intelectuales. Se da fundamentalmente en los caracteres obsesivos, y consiste en que el sujeto trata de dar explicación más o menos lógica y coherente de un acto, idea o sentimientos cuyos motivos verdaderos no percibe, al tratar de justificarlos racionalmente.
Negación: El mecanismo de negación consiste en negar determinadas partes de uno mismo. Este mecanismo nos impide ponernos en contacto con nuestras partes no aceptadas. La persona no puede ver sus deseos porque no le gustan, no acepta lo que es y actúa de una forma distinta para no ser rechazado.
Es importante saber que los mecanismos de defensa no son malos en su totalidad, ellos nos permiten proteger a nuestro Yo consiente de posibles daños a nuestra estructura psíquica; sin embargo, se convierte en un problema cuando estos mecanismos de defensa no nos permiten ser o estar satisfechos con nosotros mismos o con los demás y vivimos en función de ser aceptados por otros.
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Los separadores son de mi autoria.