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En anterioridad, los trastornos del pensamientos eran observados como un mal propiciado por la presencia ”de un espíritu o ánima de mal agüero” dentro del cuerpo de una persona. Lo esotérico de esta creencia ya se encontraba arraigada en la mayoría de culturas, razas y etnias del globo muchísimo tiempo antes de los primeros movimientos de globalización -según explican gran parte de los hallazgos arqueológicos y antropológicos-. Esta ideología se fundamentó aún más después de la dogmatización de la conciencia teocentrista como única explicación al creación de la humanidad.
A mi parecer, la teoría más cruel, pesetera y poco objetiva del pensamiento medieval para “curar” los trastornos psiquiátricos ha sido ”la extracción de la piedra de la locura”, la cual podría compararse con los primeros procedimientos quirúrgicos de lo que luego sería denominado lobotomía. Aunque hoy en día los avances científicos en el área han descubierto que los trastornos del pensamiento ocurren por la interacción entre factores biológicos, ambientales y genéticos, personas muy religiosas u ortodoxas, todavía mantienen la fe en que solamente las oraciones son la solución al problema.
En el siguiente artículo se analizará cual es la importancia de la terapia cognitiva para lograr la plasticidad cerebral , una buena comunicación neuronal (sinapsis) y obtener así, una recuperación exitosa de los graves síntomas que pueden ocasionar algunas enfermedades mentales o lesiones cerebrales.
"Todo hombre puede ser, si se lo propone, escultor de su propio cerebro"
Santiago Ramón y Cajal - Médico español creador de la teoría; doctrina de la neurona y descubridor de las células neuronales horizontales, dándoles así su nombre.
Al cerebro se le conoce como un órgano compuesto por una enorme cantidad de redes interconectadas, estas conexiones son conocidas como neuronas. Ellas son las encargadas de enviar información a través de impulsos eléctricos y químicos entre el encéfalo, el sistema nervioso y consecuentemente al resto del cuerpo. Si alguna de esas conexiones falla, el traslado de la información también fallaría, este análisis nos puede llevar a la conclusión de que todas las enfermedades cognitivas o de comportamiento son el resultado final de una alteración en la funcionalidad de las redes neuronales.
Pese a esto, se ha comprobado que dicha funcionalidad se puede recuperar gracias a un estilo de vida con dinamismo y versatilidad. Es allí donde la neuroplasticidad cerebral entra en acción, demostrando que a través de la terapia cognitiva se puede recuperar las habilidades mentales superiores, aún después de los efectos adversos que ocasionan las psicopatologías o las contusiones cerebrales.
En tal sentido podemos asegurar que una lesión o afección localizada en una zona específica del cerebro, estropearía algunos procesos cognitivos, como los involucrados en ese concepto generalizado de función cerebral; Mente. En dicha concepción generalizada se encontraría el humor, el comportamiento, la afectividad y la personalidad, todas ellas creaciones observables en el comportamiento de una persona, gracias a la interacción entre la sustancia blanca y la corteza cerebral.
Relación entre la conexión cerebral y la enfermedad neuronal
El cerebro es un órgano interconectado tanto de manera funcional, como en lo estructural. Por lo tanto, una afección puede verse expresada como el resultado de una disfunción cortical local, en el área de la lesión o por la lejanía espacial, esto debido a una precaria comunicación entre áreas del cerebro, o por la inexistencia de la misma .
Después de investigar a fondo los circuitos que conforman el sistema de comunicación cerebral, se han llegado a comprender de una forma más precisa la estructuración de los procesos cognitivos superiores. Con estas investigaciones se ha llegado a precisar, que enfermedades como la esquizofrenia, el autismo, el Alzheimer y la depresión se empiezan a desarrollar tras una alteración en los procesos de comunicación cerebral.
Autoría
En la enfermedad de Alzheimer se ha llegado a observar que sus síntomas conductuales y psicológicos (SCP), ocurren por cambios estructurales en ciertos circuitos inhibitorios y por una disminución en la densidad de las espinas dentríticas en las células piramidales corticales (las espinas dentríticas son las que hacen posible la comunicación con los axones de otras neuronas). Los cambios de estructura de los circuitos inhibitorios, se llevan a cabo en el hipocampo y en el cíngulo posterior. Los cambios en dichas zonas anatómicas, se pueden observar en el comportamiento del afectado en las etapas iniciales a su enfermedad (etapa prodrómica). Al Alzheimer se le considera como una enfermedad neurodegenerativas, por lo tanto la conectividad neuronal por defecto se disminuye. El efecto de disminución de esta estructura conectiva tan importante para nuestro cuerpo ocurre por una anomalía en el péptido beta amiloide (es el principal compuesto de las placas seniles, las cuáles son neurotoxicas) afectando finalmente el funcionamiento de múltiples zonas del lóbulo frontal.
Vista lateral derecha del cerebro - Archivo original
Corte sagital medial - Autoría
Ínsula - Archivo original
En el caso de la esquizofrenia se ha comprobado que las zonas afectadas en la enfermedad (en cuanto a conectividad), han sido la 11, 12 – 13, 14 y 15, 16. Todas pertenecen al segmento denominado zonas de Brodmann en el lóbulo frontal. Las áreas 11 y 12 pertenecen a la corteza prefrontal, cuando estas áreas son afectadas ocurren cambios en la personalidad, sentimientos y emociones, volviendo a la persona menos creativa y excitable. Un estímulo excitatorio no controlado o gestionado inconscientemente por un individuo en el área 11 (Girus recto) provocaría el inicio de alucinaciones olfatorias desagradables. Las áreas 13 y 14 pertenecen a la corteza orbitofrontal, una alteración en su funcionamiento correcto ocasionaría comportamientos desinhibidos, alteración en la afectividad, volviéndose desorganizado y sin prudencia en el comportamiento sexual. Las áreas 15 y 16 pertenecen al surco lateral, ubicados específicamente en la corteza insular, se tiene la concepción de que esta área está estrechamente relacionada con el sistema límbico, y se considera que su función se asemejaría a la traducción de información emocional para que luego sea procesada en el cortex orbitofrontal.
En el trastorno del espectro autista, se encontró una subconectividad cerebral (reducción de la conectividad funcional entre diferentes áreas del cerebro), tanto en momentos de actividad como en reposo. Esto se ha comprobado a través de estudios realizados por Resonancia Magnética Funcional. Las zonas anatómico funcionales del cerebro que al parecer están implicadas en el comportamiento característico de esta condición (y en el TDAH), son el núcleo accumbens, la amígdala cerebral y como ya se ha mencionado en anterioridad, la corteza prefontal. Se considera que son esas áreas las que están involucradas con el déficit en la adquisición de nuevos conocimientos, en la identificación de oraciones, la poca interacción social y la falta de atención.
Corte sagital medial, la amígdala forma parte del sistema límbico - Autoría
En consideración a todo lo explicado, a través de los resultados de un DCT, se comprobó que existe una comunicación anómala en la red por defecto y en la red saliencia. La red saliencia conecta la ínsula anterior derecha, el área presuplementaria y la corteza cingulada dorsal, pero parece que su comportamiento predice cuál será la acción de la red por defecto, por lo tanto este resultado apoya que para que la red por defecto pueda funcionar correctamente, se necesita un buen funcionamiento de la red saliencia. Un fallo en la comunicación de estas dos redes puede propiciar la aparición de trastornos del control inhibitorio.
¿Cuál es el papel de la plasticidad en la recuperación cerebral?
El hecho de que nuestro cerebro funcione gracias a la interacción de redes nos da pie a asegurar sus propiedades plásticas, además podemos utilizar dicha habilidad para que las conexiones neuronales corticales puedan reajustarse a través de la experiencia y funcionar como una herramienta fenomenal para estudiar cómo funciona el cerebro en cuanto a su modo de prender, como a la manera de sanarse ante alguna lesión.
La plasticidad en conjunto con la reorganización y la conectividad de nuestro cerebro, es una cualidad que permite una recuperación funcional del mismo. Esas tres funciones trabajando en conjunto, encaminan la reparación del cerebro después de algún tipo de afección, esta reparación puede ocurrir través de una sinaptogénesis o una neurogénesis.
La sinaptogénesis se refiere a la creación de nuevos procesos sinápticos entre neuronas que en anterioridad no habían tenido la intención de comunicarse o se encontraban lesionadas (áreas perilesionales), mientras que la neurogénesis es la creación de nuevas células neuronales, las cuáles irían al rescate de aquellas zonas afectadas gracias proteínas y agentes quimiotácticos que las guían a donde se necesita de su trabajo, los nichos o espacios neurogénicos (donde se lleva a cabo el nacimiento del nuevo material neuronal) se encuentran en la zona subgranular del giro dentrado y en el área subventricular
Corte coronal medial - Autoría
La terapia cognitiva como método de plastificación cerebral
Cuando nuestro cerebro sufre alguna lesión, se desencadena un proceso en donde los mecanismos de plasticidad proporcionan una recuperación que puede durar años, pero que se observa con notoriedad entre los primeros 6 meses después de la lesión. Después de esos primeros meses, es más difícil notar el proceso de recuperación. Es por esta razón, que la terapia cognitivo conductual se ha posicionado como una de las opciones de recuperación no farmacológicas, aumentando la visibilidad de ese proceso de curación aparentemente pausado después del sexto mes de haber sufrido la lesión.
Uno de los usos que se le da a la terapia cognitiva, es actuar en las perturbaciones ocasionadas tras algún tipo de daño cerebral. El objetivo es lograr una restauración de las funciones alteradas para que el paciente pueda volver a desenvolverse libremente en el contexto social, familiar y laboral. La comprobación de la eficacia de esta herramienta terapéutica queda al descubierto tras resultados de Resonancias Magnéticas Funcionales, los estudios con la maquina se han realizado después de terapias cognitivas en donde los procesos de memoria, lenguaje, atención, velocidad de procesamiento y atención se han visto acrecentados.
Otro de los hallazgos más interesantes de estos estudios, es que no solo se reorganiza el área afectada por la lesión, sino también otras zonas como la sustancia blanca, es decir que los resultados promisorios no solamente se han observado en la activación funcional de las áreas modificadas con la terapia, sino en otros espacios del cerebro.
Para concluir
El cerebro es un órgano fascinante que todavía necesita ser estudiado. Pese a ello, los últimos hallazgos en la materia han escudriñado datos importantes sobre el funcionamiento de esta compleja estructura de circuitos que se encargan de dar movilidad, comprensión y emoción a nuestras vidas. El descubrimiento de la plasticidad ha incentivado a múltiples especialistas a desarrollar modelos de terapia e intervención que no solo sirvan para el tratamiento de enfermedades mentales o para la agilización cognitiva después de alguna contusión cerebral, sino también para diseñar modelos de aprendizaje dirigidos un mejor aprovechamiento de los recursos mentales.
Referencias
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Jerónimo Sáiz, Diego C. Y Patrícia Sánchez, Hospital universitario Ramón y Cajal, Universidad de Alcalá, Madrid, España - Bases neurobiológicas de la esquizofrenia | Link.
Silvia Menéndez, Noel Padrón y Juan Rodríguez, Instituto de Ciencias Básicas y Preclínicas “Victoria de Girón” - Peptido Beta Amiloide, proteína TAU y enfermedad de Alzheimer | Link.
Sebastián Buratti, Héctor Belziti, Marí Beldi, Revista argentina de neurocirugía - Algunas consideraciones a cerca de la historia de la estimulación cortical | Link.
Resumen de la conferencia dictada por el Dc. Rafael García de Sola en el VII Congreso de la Sociedad Española de Radiocirugía, Barcelona | Link.
M. Martínez - Morga, M.P. Quesada - Rico, C. Bueno, S. Martínez - Bases neurobiológicas del trastorno del espectro autista y del trastorno por déficit de atención/hiperactividad: diferenciación neural y sinaptogénesis | Link.