A diario veo multitud de comentarios en la redes sociales sobre el "posmodernismo", he olvidado cuantas veces he visto "eres un posmoderno" como insulto, vídeos en YouTube titulados "el posmodernismo arruinó..." y al alt-right-capitalista-conservador del barrio llamando "posmodernismo" a todo lo que no le gusta o le suena progre. Parece que la categoría "posmodernismo" se nos hizo algo del día a día, todos creemos saber lo que significa tras leer un par de tweets. Lamentablemente no es así, entender lo que la posmodernidad es, suele ser más complejo que ver un vídeo de filosofía en YouTube o que leer el articulo en tu cámara de eco-portal ideológico favorito. Esa es la intención aquí, explorar un poco la posmodernidad y sus implicaciones actuales, ¿como está presente en nuestra ideología?
Iniciaré diciendo que el posmodernismo es una corriente artística de mediados del siglo XX que rechaza las concepciones estéticas del modernismo. El posmodernismo explota en la arquitectura para despues pasar a la literatura, la pintura, el diseño gráfico, el cine y el cómic. El Teatro Nacional de Cataluña, la Opera de Sídney, la Torre Jin Mao, el Taipei 101, la Basílica de Nuestra Señora de Licheń, las obras del Frank Gehry, las de Paolo Portoghesi, el neoexpresionismo, el superflat, todo desde las fuentes de la Bauhaus hasta las novelas de Philip K. Dick son parte del arte posmoderno.
La posmodernidad en cambio refiere a un complejo proceso histórico que atraviesan muchos países en el siglo XXI. Se puede definir al posmodernismo -siendo un poco historicistas- como un periodo histórico en si mismo -igual que lo fue la edad media o la edad moderna-, donde se supera el proyecto de la modernidad nacido en la ilustración. La posmodernidad es una nueva era que nace del fracaso de los relatos de la modernidad, caracterizada por un deseo absoluto de renovar el mundo, de reconstruir y de replantear todo.
Para entender la posmodernidad como proceso, debemos partir de "La condición postmoderna" de Lyotard, pese a que el autor lo considera el peor de sus libros y una mera parodia sin mucho que aportar, es un texto sumamente importante para entender la muerte de los grandes relatos. Los metarrerlatos o macrorrelatos -grandes relatos- son narrativas totalizadoras, reduccionismos e interpretaciones teleologicas de los procesos históricos humanos. Son paradigmas que consideran la humanidad está caminando hacia cierto fin ya sea la segunda venida de cristo, un mundo de armonía gracias al progresismo, el comunismo o el desarrollo del espíritu absoluto y cada uno de los procesos que hemos vivido como especie son solo pasos el desarrollo de un proceso final en macro. Para Lyotard la posmodernidad será solo un periodo definido por la incredulidad hacia esos grandes relatos totalizadores.
¿Cuales son estos grandes relatos?, el cristianismo que considera la historia llega a su fin tras el jucio final, el socialismo que promete el comunismo tras la Revolución, el capitalismo con su mundo de prosperidad una vez la riqueza llegue a todos, el iluminismo con su utopía de la razón donde la ciencia elimina la enfermedad y la muerte, el idealismo, la emancipación, el progresismo. Es imposible contabilizar los metarrelatos, pero cada uno de ellos busca ser totalizador y dar un final posible a la humanidad. Resulta evidente que cada uno de estos relatos es tan solo una promesa, al final de los tiempos todo estará bien, Dios reinará, el comunismo triunfará, la razón prevalecerá. Al ser promesas son solo creencias, o sea, existen solo a través de la fe. La posmodernidad no es un llamado a asesinar a los metarrelatos, ni siquiera es una ideología, es un proceso donde los metarrelatos llegan a su fin, un punto en la historia humana donde las culturas son incrédulas ante los meterrelatos.
Sin embargo la muerte de los metarrelatos no significa la ausencia de relatos, Habermas señala que la "incredulidad hacia los metarrelatos" es un metarrelato en si mismo. De allí que la ausencia de los grandes relatos permita la ascensión de los petits récits, los pequeños relatos. En la ausencia de los metarrelatos fuertes, los relatos más pequeños, locales, modestos, pueden existir. De esta forma, relatos que solían ser chistes durante la modernidad, son autenticos caminos a transitas en la posmodernidad. Tal como dice Vattimo, hemos entrado en la posmodernidad.
En el siglo XXI son muchas las sociedades que transitan este proceso, las pequeñas historias están tomando cada vez más importancia, entre los sistemas de creencias el cristianismo resulta cada vez menos popular, el ateísmo suele ser la postura religiosa base, mientras que las manifestaciones religiosas asiáticas son cada vez más populares -aun sin entenderlas del todo- el budismo, el taoísmo, el hinduismo y el islam. El boom del neopaganismo sucedió a mediados del siglo XX, muchos pueblos en Europa y América vuelven a sus ritos tradicionales, al tiempo que el yoga se transforma en la actividad millenial por excelencia.
En el aspecto político el capitalismo y el socialismo son dos cadáveres y su lucha murió con ellos, lo de ahora es el debate políticamente correcto vs políticamente incorrecto, las terceras vías son más populares que nunca, el conservadurismo, los defensores de "occidente" y la idolatría a los pequeños dictadores regionales del siglo XX -Pinochet, Franco, Videla, Gomez, Perez Jimenez- al tiempo que las ideologías menos populares durante el siglo pasado experimentan una resurrección, el anarco-capitalismo, el anarco-primitivismo, el transhumanismo, el posadismo. En la ciencia nacen teorías de la conspiración en ausencia de la academia, los terraplanistas, los defensores de la tierra hueca, el negacionismo del VIH, los revisionistas históricos, la idea del marxismo cultural, el progresismo como conspiración.
¿Cuál es la intención de todo esto?, dar a entender que la posmodernidad es una era, un proceso que está en desarrollo en nuestras sociedades que nos influencia a todos, a cada uno de nosotros, el joven "geek", el "otaku", el "furry", todo aquel que busca encontrar su identidad a través de meros gustos y aficiones al no encontrar un discurso más fuerte, el conservador que lucha contra el "progresismo" encontrando su identidad en la "tercera vía", el SJW, la chica de que no fué popular en su adolescencia y ahora busca compensar con gafas de pasta y cabellos de colores siendo feminista -sin conocer sobre el feminismo- en Instagram, todos somos hijos del momento histórico que vivimos. Por eso recuerda, antes de llamar a alguien posmoderno piensa: Todos vivimos en la posmodernidad.