Siempre he pensado que debemos agradecer a Dios todas las cosas que tenemos e incluso las que no tenemos, así me ensañaron en mi familia y al trascurrir los años la misma vida me lo ha confirmado, pero saben en esta situación que vivimos los venezolanos, donde hemos perdido tantas cosas que merman nuestra calidad de vida y que luchamos cada día en no perder nuestro bien más preciado, la esperanza y la gratitud a Dios, es cuando nos ponemos más sensitivos…
Pinos. Sartenejas UNEARTE
En estos días está haciendo mucho frio y aunque yo soy de Mérida (zona Andina de Venezuela), este frio es fuera de lo normal, sin más preámbulos empiezo mi historia…
Sentada en la sala de mi casa, después de una jornada laborar y de finalizar con los quehaceres del hogar, me siento en mi sofa telefono en mano para relajarme un poco chismeando con mis amigos y familiares que ya están regados por el mundo e intentando introducirme en este tema del Steemit. Comienzo a sentir una brisa fría que entumece mis rodillas, - ¡Qué conste es por el frio, no tiene nada que ver con el alma! (almanaque) jajajaja. Y decido abrigarme un poco, y es ahí que comienzo a sentir en mi cuerpo la agradable sensación del sentirme cobijada, como mi cuerpo y mi alma agradecen esa sensación de calor que poco a poco me brinda comodidad, gratitud, armonía. Me sentí tan bien, que me conecte en silencio y paz, y sin darme cuenta estaba orando, fue algo maravilloso, no sé cuánto tiempo paso…
Quise compartir esto con ustedes, solo para invitarles a buscar su propia conexión con Dios, con la vida. Estamos tan llenos de ruidos y turbulencias, que nos estamos perdido de esos detalles maravilloso que además nos inspira y llena de fe y esperanza para seguir adelante…