Ella era una chica bonita, refinada como ninguna aunque de rasgos extraños. Vivía junto a sus compañeras, pero desde que llegó a sus aposentos, no había salido a la luz para ser lucida, como las otras sí lo eran.
Parecía que nada le que quedaba bien. Antes pensaba que era linda, pero poco a poco fue pensando que tal vez era horrible, ya que su forma no era parecida a ninguna otra. Y así, fue odiando el hecho de que era distinta.
El tiempo pasaba, y sus compañeras la iban dejando sola paulatinamente, ya que se iban a cumplir la misión de mostrar su belleza al mundo.
No te rindas, damisela.
Eres linda, ya sabrán como usarte.
Qué rara.
Eran algunas de las cosas que escuchaba todos los días.
Se supone que las que eran como ella, debían de tener una forma estándar. O bueno, no estándar, cada una era única, pero aún así, eran todas armónicas. Como gotas de lluvia en una ventana de vidrio. Ella en cambio, se sentía como un chorro de agua que desaparecía sin tener forma. Y se sentía triste. Nada parecía contradecir lo que casi todos insinuaban: era rara y nadie la querría, no era bonita, no servía para ser lo que debía ser.
Un día, igual como los demás, se sentía desdichada. La compañía de las otras no la alegraba y empezaba a desear su fin. Cuando de repente, una mano la tomó, examinándola como tantas veces lo había hecho.
Me verá rara como siempre lo ha hecho. Entonces será el fin de mi vida...
Cerró los ojos, sintiendo ligeros toques, escuchando cortes y roces de hilo. Oyó también susurros y gritos ahogados, así como también exclamaciones de júbilo y asombro.
Cuando abrió los ojos, estaba vestida. No podía creer lo bien que se veía...
Ya ves, sólo necesitabas los complementos indicados y claro, un poco de confianza.
En ese momento su corazón no pudo con tanta alegría, saltaba sin cesar en su pecho de dama. Y después de mucho se sintió viva de nuevo.
"Soy hermosa siendo yo misma, siendo diferente. Siendo sólo yo."
Sólo necesitaba paciencia y fe en mí misma. Ahora ayudaré con mi belleza a resaltar la belleza de quien me vio con otros ojos.
"Eres suficiente. Contigo te basta."
Después de presenciar esta lectura, espero que me dejes en los comentarios lo siguiente:
- ¿Qué crees que es el personaje de la "damisela"?
- ¿Qué enseñanza te dejó la lectura?
Nota: en alguno de mis próximos posts publicaré la respuesta a la primera pregunta, así como la inspiración para este relato usando la personificación.
Me despido no sin antes desearte un día, una noche, una madrugada y una vida feliz, dondequiera que estés.
