CAFÉ CUBANO.
Tengo que decirte mi amiga, mi amigo que desde que tengo uso de razón el café alborota todos mis sentidos, ahora sí, no cualquier café, sino el café cubano y aunque te suene a nacionalismo, quizás sea solo la manera tan particular en que lo preparamos, el ritual casi artístico, que lo envuelve y el hecho de que Cuba ya en el siglo 19 era el primer exportador mundial de café.
Hace poco me levante de la cama al ritmo de mi Smooth Jazz:
Después del aseo personal, me dirigí a la cocina a preparar mi cafecito, que por cierto aun sin ser un experto, me quedo mortal, pa’lla, pa’lla que significa “muy bueno” en nuestro argot popular. Como ves me quedó con espumita y todo, ¿qué te parece? Por favor dime cualquier cosa, pero no me vayas a decir que la tacita esta bonita, que estamos hablando de café.
(Foto: Archivo personal)
Mientras tomaba café y escuchaba música comencé a recordar algo de la historia que este amigo inseparable ha vivido en la isla en general y en la casa donde nací en particular.
Recuerdo que el primer sentido que se me activaba al despertar era el de la audición tras el cantío de los gallos y luego el olfato después de que mi abuela muy tempranito en la mañana empezaba a colar café, unas veces lo hacía en tetera y otras en la cafetera. No se me olvida nunca el sonido que producía la cafetera y el humito que salía de ella preludio de un: “Ya está el cafeeee.”
Hoy día si te preguntara que escribieras en una lista 20 países productores de café, seguramente Cuba no aparecería en ella, incluso quizás hasta te preguntes, ¿cómo y en Cuba se produce café? Pues sí, y en algún momento de su historia la isla, rica en tierras fértiles fue el primer exportador mundial de café, después de que Haití tras la Revolución de 1804 perdiera el mismo título. Fue precisamente de La Española de donde llego a Cuba el café, sobre todo a las zonas montañosas de Santiago de Cuba, Guantánamo y Baracoa.
Y como siempre digo, paso un águila por el mar y de la abundancia pasamos a la carencia. En los años del gobierno de lo real maravilloso el café no solo escaseaba, sino que se importaba y se mezclaba con granos de chícharo, dándole paso así a la creación de lo que yo llamaría cafecharo, vaya que si hipotéticamente le echabas jamón o chorizo eran chicharos y si le echabas azúcar era café.
Hoy, del otro lado del charco, aquí en Miami, se sigue la tradición y encuentras muchas cafeterías donde se prepara el café al estilo cubano. Es un café muy fuerte, por eso se sirve en tazas pequeñas, porque si lo sirves en una taza grande estarías dando mas saltos que un canguro durante todo el día.
Si quieres aprender cómo hacer café cubano aquí te dejo un videíto y todo mi cariño.
