Esta palabra convicción la llevo muy presente en mi vida. Tengo la convicción que estoy aportando mi grano de arena para cambiar y mejorar el ánimo del mundo.
Tengo la convicción de que hay muchas formas de transmitir y llevar la Ley de Dios a este mundo y que muchas personas andamos en la misma onda.
Yo tengo la convicción de que todo lo que hacemos con amor y desprendimiento da el mayor de los frutos.
Yo tengo la convicción de que elijo vivir mi vida en gratitud.
Yo tengo la convicción de que es maravilloso ver crecer algo o a alguien y que de esa forma uno pasa a formar parte de ese crecimiento.
Yo tengo la convicción de que todos los que llevamos la Ley de Dios desde aquí hacia el exterior y nos esforzamos porque se difunda y llene espacios colaboramos para crear, disfrutar y ser felices.
Yo tengo la convicción de que hay muchas cosas qué cambiar enlos procedimientos, en las relaciones, en los tiempos.
Yo tengo la convicción de que hay cosas que requieren un cambio y para eso también se requiere mi cambio.
Yo tengo la convicción de que estamos haciendo una hermosa labor y que su mayor pago y gratificación está en el bienestar del prójimo que no es más que nuestro propio bienestar.
Yo tengo la convicción de que realmente para llenar ese vacío que no tiene explicación aunque tengas todo, hay qué hacerlo también por el otro y que nosotros estamos comprometidos con la misión de llevar el mayor amor al mundo y a nuestro país.
NOTA: Esta es una reflexión de mi gran amiga Veneranda Orozco que tengo el gusto de compartir con ustedes.