La Democracia y los Derechos Humanos en Venezuela

"No hay democracia sin derechos humanos, ni hay derechos humanos sin democracia".

Luis Almagro el Día Internacional de Los Derechos Humanos.

Es un acervo construido con la democratización de Latinoamérica para que no se violaran "nunca más" los Derechos Humanos en los regímenes dictatoriales y autoritarios. Este enunciado se ve vulnerado hoy en día en Venezuela.

La historia ha demostrado que la concentración del poder implica, necesariamente la ausencia de sostenibilidad democrática. En Venezuela los organismos no garantizan todos los derechos de todos los venezolanos, sin hablar de los derechos de la oposición democrática.

Tal vez, muchos digan que en Venezuela hay democracia, debido a las elecciones del 20M, pero la simple celebración de elecciones no es suficiente para lograr un auténtico sistema democrático, que representa sólo su mínimo procesal. La existencia de un debate político libre y, con él, la garantía de la libertad de expresión, la libertad de asociación, la libertad de crear o pertenecer a partidos políticos y la libertad de manifestación, sin que su ejercicio acarree consecuencias, constituyen igualmente elementos esenciales de toda democracia. Sin estos derechos, que son requisitos previos a la celebración de elecciones auténticamente libres, no puede preservarse el discurso político, imprescindible para una sociedad democrática.

La nueva ola de democratización que se extendió a partir del final de la Guerra Fría en distintas regiones del mundo, hizo pensar que el siglo XXI marcaría la era de la internacionalización de los Derechos Humanos.

Venezuela no es una democracia. En los últimos años se ha constituido un Estado incapaz de hacer realidad los derechos. Tanto los elementos esenciales como los componentes fundamentales en los artículos 3 y 4 de la Carta Democrática Interamericana son violados por el régimen venezolano actual.

"El acceso al poder y su ejercicio con sujeción al Estado de derecho es un elemento esencial de la democracia."

El autoritarismo y la reelección indefinida suscitan la negación de la democracia. En la ciencia política se ha venido llamando "pseudodemocracias" a los sistemas híbridos. El abuso sistemático del Estado genera una enorme ventaja del oficialismo frente a la oposición. Para la cúpula gobernante en Venezuela, el partido y el Estado son lo mismo. En este tipo de autoritarismo se llega al poder por el sufragio, pero se ejerce con prácticas autoritarias, con demagogía y populismo que tienen una clara expresión en las llamadas "misiones".

Venezuela fue el primer país en la región en introducir la reelección indefinida, en contra de su propia tradición, atentando contra los principios de igualdad, equidad e integridad en la contienda electoral, con un apabullante ventajismo indebido a favor del Presidente ignorando las experiencias nefastas del reeleccionismo, como la de Porfirio Díaz en México (reelegido siete veces), pasando por las reelecciones de Anastasio Somoza en Nicaragua, Alfredo Stroessner en Paraguay y Joaquín Balaguer en República Dominicana.
Bien apunta Daniel Zovatto que la fiebre de la reelección es una mala noticia por sus consecuencias, como son la debilidad institucional, la creciente personalización de la política, la crisis de los partidos y el hiperpresidencialismo. El reeleccionismo ad infinitum atenta contra la democracia, especialmente en un sistema presidencialista de gobierno.

La independencia de los poderes públicos es un elemento esencial de la democracia.

No hay democracia en Venezuela, además, porque no hay un Poder Judicial independiente, garante de la constitucionalidad y de la legalidad, sino decisiones que consolidan la dominación de una ideología. Ejemplos sobran, lastimosamente. Uno es la interpretación que la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) dio al artículo 68 de la Constitución en sentencia N° 276, del 24 de abril del 2014, mediante la cual se consideran contrarias al orden público y al ordenamiento jurídico las manifestaciones de protesta en contra del Gobierno por parte de quienes las promuevan sin que hubieran sido autorizadas previamente. Como ha explicado Román Duque Corredor, la sentencia declaró que el artículo 68 de la Constitución "no es un derecho preeminente, sino relativo, sujeto a la discrecionalidad de las autoridades políticas y que por adelantado califica de incursos en desobediencia de autoridad a quienes manifiesten públicamente sin la previa autorización".

La separación de poderes es un elemento esencial de la democracia.

No existe un Poder Electoral equilibrado e independiente que garantice que se celebren "elecciones periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo", un elemento esencial de la democracia. No hay democracia porque se viola el derecho a elegir y ser elegido.
No hay pluralismo político y se viola la libertad de expresión. La libertad de expresión es una piedra angular en la existencia de una sociedad democrática. Así lo ha dispuesto la Corte Interamericana en los casos de violación de esta garantía en Venezuela. La libertad de expresión sirve de soporte para ejercer otras garantías y, cuando no es efectiva, como dice la Corte-IDH, "la democracia se desvanece, el pluralismo y la tolerancia empiezan a quebrantarse, los mecanismos de control y denuncia ciudadana se comienzan a tornar inoperantes y, en definitiva, se crea el campo fértil para que sistemas autoritarios se arraiguen en la sociedad".

Las protestas y la violación de los Derechos Humanos.

La violación de los derechos humanos ha sido ampliamente documentada y denunciada en todos los organismos internacionales, especialmente a propósito de las 42 víctimas mortales de las protestas sociales que sacudieron al país a principios de 2014 y la brutal represión con la que el régimen arremetió contra los manifestantes.
Distintas instancias y organizaciones no gubernamentales de derechos humanos se hicieron eco de la denuncia de las graves violaciones cometidas por miembros de las fuerzas de seguridad venezolanas que incluían las violaciones del derecho a la vida, a la prohibición de torturas y los tratos degradantes, a los derechos a la integridad física, la seguridad y la libertad y a las garantías del debido proceso. Por su parte, la organización no gubernamental Foro Penal Venezolano registraba hasta principios de agosto de 2014 la cantidad de 3.238 detenciones por las protestas estudiantiles. De las mismas 2.068 personas seguían procesadas con medidas cautelares.

"Es el momento de la unidad nacional, de apartar lo que nos separa y trabajar juntos en lo que nos une. El compromiso es con el país, con los venezolanos de ahora y de mañana. Ejemplos inspiradores de importantes transformaciones políticas que se convirtieron en grandes avances para la humanidad fueron construidos por la convicción, capacidad de sacrificio, perseverancia y valentía de figuras emblemáticas que supieron asumir a responsabilidad de su tiempo histórico. Mahatma Gandhi, Martin Luther King, Lech Walesa o Nelson Mandela cambiaron el rumbo de sus naciones pacíficamente, venciendo el miedo, uniendo y promoviendo la inclusión, la tolerancia, la integración y los valores de la civilización." -Carlos Tablante.

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