Agonizantes rayos de luz veo perderse desde el horizonte, contemplando el asedio de la oscuridad absoluta, agotado y fatigado por el crisol de mi alma manchada por la duda corroída de mi fe, Ala me envió como un instrumento puro de fe para repartir su justicia contra los impíos y herejes que se postran ante nuestro señor y la iglesia.
Un triste destino me aguarda bajo el filo de la espada, la guerra santa se desata bajo la crueldad y misericordia de la iglesia, impongo la justicia cubierto con la sangre de fieles y paganos, me abro paso en la batalla sangrienta, portando estandartes de fe proclamando la misericordia de la fe mientras hundo mi espada en ellos.
Pueblo tras pueblo son protagonistas del toque divino de la depuración y devastación de la misericordia del señor, mis hombres son sacrificados por una causa dirigida solo por el poder inmutable de la iglesia.
Misericordioso sea nuestro señor a quién se impone en su propósito de fe o más bien de conquista. Ya no me siento puro de fe, por los innombrables actos crueles y despiadados bajos los mandamientos dirigido por la iglesia
Ya no creo compadecer a los enemigos de Dios, puesto que ser su amigo tampoco es acto divino o exaltado ante los campos impíos y áridos. Guerra tras guerra veo la misericordia del señor y me cuestiono, los hombres ven el final y ¿Ala dónde está? al ver morir a sus hijos así, ya no puedo creen en el.
Sé que existe un Dios pero la iglesia lo destruyó con su deseo de expansión, cuervos traficantes de fe, inundan está decadente y putrefacta visión de salvación. _______