Ermitaña, harapienta, caminas por los escalones calientes de tu soledad. Tienes tan quemada el alma que te escondes entre los atardeceres grises que se pierden en la inmensidad de tu cielo, ese al que quieres llegar y no te dejan.
En un ataúd tiraste tu memoria y velaste cada recuerdo que no querías que volviera a tu mente. Hiciste tu ritual. Fue un largo día, en el que te acompañaba esa cruz que sólo tú conoces y que has aprendido a llevar callada, con el corazón latiendo a toda marcha, pero sintiéndote casi muerta.
Has huido tantas veces de tu realidad, pero sigues allí presa. El tiempo ha borrado las huellas en la arena de la ruta que te habías trazado.
Tic tac suena el reloj, te miras al espejo y ves aquella mujer hermosa de pueblo, de estrecha cintura, labios color carmesí, rostro pulido y cabello negro como el ébano, a quienes todos elogiaban y decían: ¡Adiós muñeca!, eso es sólo un recuerdo, porque ahora eres: ¡La Muñeca en la Cruz!.
Te sientes un pájaro dentro de una jaula rodeada de temores, confusiones, y decepciones. Volar es tu añorado deseo, pero te han crucificado el alma por eso deambulas por estas tierras, todo el mundo cree que eres una aparición.
Nadie conoce tu escondite, pero estás en tu memoria intrínsica donde te sientes a salvo. A salvo de esos demonios que te han acompañado todo este tiempo. Estás herida, pero por tu cuerpo no corre una gota de sangre; ¿Será porque vaciaste cualquier sentimiento que te lastimara de nuevo?.
Tu dolor es un misterio, que llevas cada noche a tu cama y duermes con él. Has sido tan masoquista que siempre cambias las sábanas y le haces un lado. Se convirtió en el compañero de tus sueños y aunque te atormenta cada noche, en la mañana lo llevas a pasear cuando lo reflejas en tu mirada y hasta le das un baño con tus lágrimas.
Eres una sin vergüenza de tu propia desgracia. Aplaudes la tiranía, y SI eres una muñeca con la que todo el mundo juega y con tu propio permiso. ¡Libertad! es una palabra que estás muy lejos de conocer, tu lucha no ha sido suficiente, ¿sabes por qué?: Nadas en un río turbio, ya estás muerta sólo que te aferras a vivir en tus propias tinieblas.
Fuente
Fuente
Fuente
Fuente
Fuente
Te sientes libre cuando te escapas a las paredes blancas de mi mente, y te encuentras con tu cruz: Haber perdido la razón. Eres mi reflejo, un reflejo que se desvanece en la tinta de estas líneas, tu final se acerca, te envíe flores para regalarle color a tu agonía.
Agonía , infinita agonía que se personifica en esas cicatrices que llevas en tu rostro y que desfiguraron la belleza que un día tuviste. Muñeca es un elogio para ti que sólo deambula en mi imaginación, tal vez porque así quiero recordarte y darte una gran despedida.
Te empeñas, en aferrarte a esa cruz, quieres seguir en el túnel, aunque la luz la tienes a unos pasos. Por eso siempre serás: La Muñeca en la Cruz, una muñeca de dos matices; mente en blanco y alma negra.
Las imagenes utilizadas fueron editadas en Adobe® Photoshop®, con la herramienta umbral, por el contenido del post.