Cuando Dios te da una nueva oportunidad, de despertar cada mañana, significa una bendición para ti, tu misión en la tierra no ha culminado, siempre debemos pensar y ponernos en los zapatos de todas esas personas que pudieran estar pasando por peores situaciones que comparada con las nuestras no son nada, es decir, a veces nos quejamos por cosas tan insignificantes; poniéndolas como el problema más grande de la vida y si te pones a analizarlas desde otro punto de vista son pequeñeces que se pueden resolver. Sin embargo, hay personas enfermas, sin un hogar, los que están lejos de su familia , sin empleo, en fin con múltiples adversidades y aún así continúan viviendo, superando de una forma optimista y positiva el devenir de las cosas.
Siempre podemos ser participe de ayudar al prójimo a través de buenas acciones, con gestos y nuestra de cariño, con una palabra de aliento, un abrazo que calme una preocupación o una mano fuerte con la que te puedas sostener, no necesariamente puede ser con dinero, pues el dinero no lo es todo en la vida y aunque usted no lo crea, no te hace más importante ante los demás, más importa un corazón humilde y lleno de bondad, ante todo el oro del mundo, pues lo que siembras será la cosecha de un futuro prospero, si haz actuado bien en la vida tenlo por seguro que recogerás cosas buenas y excelentes en tu vida.
Por eso disfruta cada día como si fuera el último y sonríe, Dios siempre te dará miles de razones para seguir adelante, si tienes un corazón bueno y dispuesto nada te faltará, de lo contrario tu vida estará siempre llena de bendiciones y todos los deseos que anhela tu corazón, serán cumplidos. haz el bien y no mires a quién.