Las estrellas permanecen en el firmamento del mismo modo en que existen en nuestras vidas.
Esas estrellas las llamamos AMIGOS, aparecen para quedarse, nos iluminan, calientan y marcan con su presencia.
Los amigos pueden estar lejos o pueden pasar días, meses y años sin vernos y sin saber de ellos, pero siempre están allí en nuestros corazones y pensamientos, en el día a día.
Construir a lo largo de nuestras vidas un mundo de estrellas, es poder contar con ellas siempre, ver su luz y sentir su calor.
Tener y ser una estrella es sentir que recibimos y damos cobijo a nuestros corazones cuando el frío nos castiga.
Así son las personas estrellas; amigos, refugio, paz, seguridad, complicidad y esa mano en la que nos apoyamos en momentos difíciles.
Un amigo es una recompensa, es nacer y haber vivido en el corazón y pensamiento de otra persona.