En marzo de 2019 Venezuela vivió la histórica falla eléctrica que dejaría sin energía al país durante un mes prácticamente, fueron días de zozobra y desorientación por la incapacidad para conseguir agua potable, alimentos, medicinas y demás. Fue cuando en medio de tal estrés el Ensayo de la ceguera vino a mí para recordarme que se puede estar peor y que siempre hay razones para sentirse agradecido.
Saludos Steem-mados lectores, gracias por visitar mi post, es mi participación por parte del equipo Yopatöm en el Proyecto Embajadores de @cervantes. En el cual hemos abordado una gran obra literaria del premio nobel 1998 José Saramago "Ensayo sobre la ceguera".
Saramago muestra en su obra lo frágil que puede ser la fraternidad, la honradez, la bondad, el civismo y demás valores que resaltan al hombre como especie, igualándolo a cualquier animal irracional que actúa en virtud de sus instintos y supervivencia. Con la desaparición general de unas de las mayores bondades que nos ha otorgado la naturaleza, la vista, a la que generalmente le restamos importancia al dejarnos amargar y entristecer por situaciones anodinas.
Hace unos meses me encontró un video, en una de las redes sociales, de una psicóloga que contaba su experiencia con un invidente al cual le encomendó la tarea de hacer una lista de las cosas por las que estaba agradecido, lamento no recordar el autor del video ni más detalles, pero sé que quien relataba quedó realmente sorprendida cuando el ciego le entregó una pila de hojas con la extensa lista de las cosas por las que sentía gratitud, entre las cuales mencionaba tener sábanas limpias, tener agua caliente, tener agua en el grifo, tener grifo, y así cualquier cantidad de cosas que para la mayoría pasarían desapercibidas.
Pareciera que un invidente es capaz de ver más bondades en la vida que un vidente.
Contaba Roberto Canessa, uno de los sobrevivientes de aquel catastrófico accidente aéreo en la cordillera de los andes en 1972, que luego de caminar durante diez días en busca de ayuda, rodeados solo de hielo y rocas, al divisar las primeras plantas, mariposas y riachuelos sintió una inenarrable felicidad, descubrió entonces que Dios pone en el mundo todo lo necesario para que podamos ser felices pero que realmente somos muy exigentes.
La gratitud parece ser el ingrediente secreto de la felicidad.
Lastimosamente pareciera necesario para la mayoría, tener vivir en carne propia una traumática experiencia como la de Canessa para aprender el significado de gratitud y felicidad.
“Lo más terrible se aprende enseguida y lo hermoso nos cuesta la vida”
Silvio Rodríguez.
Saramago nos ahorra tener que vivir momentos traumáticos, pero nos hace sentir la desorientación de una persona que acaba de perder la vista, el terror de no saber a dónde ir entre una multitud de ciegos, el horror de tener que enterrar cadáveres sin poder ver, el asco de vivir entre excrementos y cuerpos en descomposición, el hambre, la sed, el miedo, la tristeza y hasta las ganas de estar ciegos para no ver más tal desgracia.
Nos enseña entonces a estar agradecidos no solo de poder ver, sino de que otros también pueden.