Tú y el árbol. Reflexión.

Tú y el árbol.

Cuando te sientes a descansar debajo de un árbol tan viejo como tú, deténte a reflexionar en la situación que la vida les ha planteado.

Tú llegaste a la vida, igual que el árbol, diste frutos, no solo de hijos, sino también de trabajo, y ahora no lo haces, porque ya realizaste la labor encomendada en la tierra.

En algo difieres del árbol, y es que este sigue produciendo en la estación que rige su ciclo.

Es aquí donde quiero hacerte llegar la reflexión. Tú puedes seguir dando frutos aunque en menor cuantía que antes. Siempre he dicho que la mayoría de las personas cumplen con una misión que está signada por los lapsos. 25 años, 30 años, o un poco más.

No digo que es malo descansar luego de haber desempeñado papeles en la existencia. Es natural, y hasta obligatorio.

A veces yo quisiera ser como el árbol, y dejar de laborar cuando ya no pueda porque ya no enseño.

Lo que sí me dolería es dejar de ser árbol, y a Dios le pido fuerzas cada día, para continuar con firmeza y efectividad.

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