Todo inicio en una mañana común y corriente para mí, donde en mi trayectoria como alumno de bombero me tocaba ir a mis respectivas clases de formación, estando mi padre en casa este dispuso de su único tiempo libre para llevarme a la academia de bomberos y así aprovechar de pasar tiempo padre e hijo y conversar sobre todo lo que había hecho en esa semana. Cuando llevamos aproximadamente 10 minutos de camino hacia la academia, a lo lejos en la autopista nacional vemos un tumulto de personas y al acercarnos nos dimos cuenta que era un accidente de tránsito, la gente desesperada empieza a gritar pidiendo ayuda por lo ocurrido, yo viendo el acontecimiento le digo a mi padre que detenga el auto y al ver tanta desesperación salgo corriendo con mis pocos equipos de atención pre-hospitalaria, al llegar a la escena me identifico como alumno de bombero ante las personas que estaban observando el evento, cunado dirijo la mirada hacia el auto que colisiono me doy cuenta que la única persona que estaba involucrada en el mismo era Iván González, mi profesor de la materia electrotecnia de la universidad que me formo profesionalmente, persona de gran temple, humilde, buen líder, entusiasta al enseñar y apasionado por el trabajo que realiza en la universidad; yo al ver lo sucedido me llene de nostalgia y valor, él al ver mi presencia no pudo evitar desplomar sus emociones ante mí, con desesperación y angustia me pedía que lo ayudara para salir de aquel momento turbio en que se encontraba.
Yo con mis pocos conocimientos pude prestarle la ayuda que tanto me aclamaba, con ayuda de las personas de la localidad lo extrajimos del vehículo y en ese momento llegaron los organismos policiales y prestaron su grata colaboración en calmar la escena y llamar al cuerpo de bomberos más cercano. Mientras esperaba el apoyo del cuerpo de bomberos pude hacerle una evaluación primaria al profesor y a su vez le cohibí varias hemorragias de igual forma le inmovilice una de sus piernas donde presuntamente presentaba fractura, las persona de la localidad al ver mi actuación rindieron tributo ante mí por la noble labor que realice. Al llegar la ambulancia el profesor me pidió que lo acompañara ya que él se encontraba en un momento muy vulnerable donde en su trauma vio en mí una mano amiga.
Después de su larga recuperación , nos encontramos en uno de los pasillos de la universidad y su asombro fue verme uniformado y ya graduado como bombero profesional, me sentí gratamente conmovido al ver su recuperación y saber que fue la primera persona que ayude a través de mis conocimientos. El con lágrimas en sus ojos me dio un cálido abrazo lleno de agradecimiento donde me dijo estas hermosas palabras: “Gracias mi héroe de azul”.