Estás en un campo cuántico en el que todo lo que deseas se materializa, pero antes debes entregarle una imagen clara al universo.
Tu eres el dueño de tu realidad. Tú, quien la vive, la creas. Todo sucede en ti, pero al recrearte en tu vivencia, olvidas que está confinada a un espacio propio, y al percibir sus imágenes crees que está fuera.
Todo esta dentro de ti, incluso el cuerpo que crees que ocupas. Pero tú no estás dentro de ese cuerpo. Puedes verlo: forma parte de cada escena.
Lo percibes en la escena porque es el objetivo a través del cual has decidido identificar la materialización de tu experiencia.
Toma contacto con la idea de que todo lo que te sucede surge de ti, que no se atiene a leyes ni lógica, que nace a cada momento, conteniendo su origen de ser y su destino en sí mismo, nuevo, limpio. Todo lo que surge se evapora al instante, dejando la semilla de su consecuencia, que tú mismo has definido.
Tú siempre tienes la posibilidad de crear, en un instante, una nueva linea de realidad desde la imagen que decidas entregarle al universo.