Ahora, en este momento, según estás, deja de prestar atención a lo externo y gira tus sentidos hacia dentro.
Entra en tu mente y percibe lo que —mientras tu ser exterior vive lo que sea que estés viviendo— vive tu ser interior.
Siempre están activadas dos líneas de realidad en ti simultáneamente, pero tú solo prestas atención al exterior. Ahora ve, escucha, siente la realidad que está representando la otra cara de lo que experimentas a cada instante.
Hay un ser dentro de ti que completa lo que es tu humano para, juntos, configurar la perfección y totalidad que Eres. Ese ser está ahí para completar lo que está ante ti expresándose, lo que está fuera.
Tu yo interior y tu yo exterior configuran una unidad sin opuestos.
Puedes pensar que lo que está del otro lado de la realidad es la sombra, y por lo tanto siempre es la parte, por estar oculta, negativa. Sin embargo, ese otro lado contiene únicamente la otra cara del ser exterior, y esta puede ser la parte iluminada de la realidad que estás viviendo; no necesariamente la oscura.
La suma de tu yo exterior y tu yo interior es lo que Eres.
Cuando sientas la carencia de algo, mira dentro y observa qué es ese algo. Lo que verás es una realidad que no estás viviendo; sin embargo, está ahí para ser habitada por tu consciencia. Quédate en ella si lo deseas...