Cada persona biológicamente, es el resultado de una herencia familiar. Además aprendemos de nuestros familiares nuestra manera de ser y de pensar, en un alto porcentaje y esto también lo llamamos herencia.
Así que somos inicialmente, un cúmulo de conocimientos que comienza con lo aprendido en nuestro hogar y así llevarnos el sello de los Pérez y los Rodríguez o cualquier otro y las características de dichos apellidos. Por esto encontramos frases como "todos los Pérez somos bravos" o " todos los González somos buenos negociantes" y cada familia pone sus sellos en los suyos. Pero ¿Hasta que punto esto es favorable para nuestro sano desarrollo emocional?.
Cualquier tradición familiar que dificulte tu capacidad de amar, comprender o triunfar, atrofia tu capacidad de asumir tu vida y por ende de crecer. Encuentro personas inmaduras congraciadas en la aprobación de su familia, y esto es la forma más eficaz de hacer que una persona siga usando pañales hasta la la edad adulta. Así que la aprobación o desaprobación familiar es un fuerte estimulo social. El ser aceptados ante las personas más importantes de su vida, es muchas veces lo máximo que una persona puede desear, y esto determina su motivación de vida, con un pobre criterio critico.
De esta forma encontramos a delincuentes apoyados plenamente por su familia, pero también los de cuello blanco, con títulos y reconocimientos social, resguardados en la aceptación de su propia familia, que por supuesto también reciben beneficios.
Ahora bien, en el transcurso de la vida nos encontramos con situaciones donde se pueden cuestionar ésto. Por ejemplo, ya en la adultez, ante la convivencia con una pareja donde hay un acercamiento a la familia de ésto, y probablemente estos con un nuevo trato, pueden cuestionar su familia de origen. He conocido los que antes esta situación se afianzan más en las enseñanzas familiares y los que por el contrario comienzan un proceso de cambio y de asumir su propia visión de vida. Todas las familias, quieren lo mejor para los suyos, sin embargo no hay garantía que de que sus practicas sean las mejores, así caemos en la responsabilidad individual que es parte de la madurez. Aceptemos a nuestra familia como lo que es, nuestro grupo cercano que nos quiere ayudar y que tiene aspecto positivo y negativo.
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