A propósito de estos días, en países de mayoría católica se celebran las pascuas y la devoción religiosa. Mi manera de vivir y expresar la religión es particular. Pero justo en esta ocasión, me he cuestionado varios temas. Estando cerca de un cruce entre avenida y calle, la calle daba hacia una iglesia. Mientras esperaba el cambio de semáforo (de 90 segundos) para ir a mi trabajo, pasaba por el camino de cebra una madre joven con un niño pequeño hacia la iglesia, ella con paso apurado quizás para no llegar tarde a la misa; el niño casi despreocupado con pasos cortos con el brazo el alza jaloneado por la madre. Casi al quitarles la mirada a ellos, cruza al otro extremo, hijo joven madre avanzada en años; él ralentizando el paso para estar a la par de los pequeños pies de la madre y el brazo de él era el apoyo del brazo de la madre.
Escena sencilla sin más alusión que simplificar una relación de madres e hijos en momentos de la vida diferentes. Tener vitalidad en contraste a la llegada de la vejez. Pero recordé esa escena nuevamente más adelante del camino y pensé que puede ser explicada con bases más lógicas, vistas como retribución e incentivos. Como si ese niño/joven fuese no solo el “objeto del afecto” si no como la unidad de producción de un hogar “X” como parte de la Economía de la Familia. Según las ideas y modelos de Gary Becker en su libro Tratado de la Familia (1981), los padres suelen actuar altruistamente hacia los niños al ser pequeños, por la gran inversión que representa un niño; en un esfuerzo por salvar indirectamente su vejez.
Comprobando que la tasa de retorno de la inversión en niños es a menudo mayor que cualquier ahorro realizado para su jubilación. Y debería ser así, ya que el plan de inversión comienza mucho antes de la llegada del bien en cuestión (Niños). Primero se realiza cierta pesquisa en la asignación de parejas (investigación de mercado), para lograr el bienestar individual (como primera fase obteniendo compañía inmediata) y retribución mutua entre padres; padres que seguirán en segunda fase invirtiendo para fundar la unidad de producción (Hogar) y llegar a la tercera fase obtener Producción. Producción que requiere ser desarrollada como capital humano, para que luego se traduzca en fuerza laboral; para esto se requirió cierto grado de educación formal para fomentar el capital. Ahora bien como legalmente los padres (Inversores) no pueden obligar a cumplir la tasa de retorno, desarrollan otros instrumentos (no financieros) mas de doctrina se recurre al “amor filial”, culpabilidad, obligación, el deber y la manipulación para la obtención de retribución. Palabras que resalto porque me llevan nuevamente al desarrollo de la escena que da inicio a este relato, la iglesia. Las madres se dirigían y regresaban de la iglesia, ¿cierto?. La religión, pienso ahora como es el enlace de economía vs. Religión en donde tiene cabida.
Si la religión no opera bajo la concepción de un hombre como auto interesado. La religión nos muestra instrumentos bondadosos como la benevolencia, el amor, la cooperación, el voluntariado, el dar, el regalo pero todas estas acciones también presentan la misma racionalidad económica, que el mismo Becker nos enseña a ver en la familia. Porque si practicas estas acciones sin esperar “nada” a cambio igualmente obtienes auto satisfacción status y el deseo de una retribución futura o el codiciado ser recibido en los cielos. Quienes se alarman y preguntan: y la misericordia de Dios? Acaso es entonces la retribución por las plegarias?. No creo que funcione de esa manera precisamente, pero si puedo darles más argumentos de optimismo basados en la propia teoría del comportamiento humano y en nuestra historia. De larga data han sido las más destructivas guerras, iniciadas por las diferencias religiosas y las doctrinas de un bando u otro que decidieron entrar en conflicto; aun actualmente libran esas batallas por ejemplo las del Medio Oriente. Y sus costes son incalculables.
Cuántas imágenes no han circulado de pequeños niños en campos de refugiados sin padres o en circunstancias precarias, que si retómanos el hilo de estas líneas y esos niños son una futura inversión, se invertiría en un bien maltrecho de ser así al pasar del tiempo (si no se corrigen las desviaciones) se generarían hombres de baja calidad. Pero la misma teoría del comportamiento humano que los ve como inversión (desde la óptica económica) nos detalla el llamado Tit for Tat o la reciprocidad altruista como conducta genética existente y comprobada. Los individuos dejan de ser egoístas y se transforman en buscadores de oportunidades `para la cooperación (Probablemente porque nadie más está “invirtiendo” en ellos o porque realmente se nace así). Cambiando el criterio optimizador por el adaptativo, la mano invisible de la selección natural creó la estructura de la mente la humana. Y es allí donde radica el milagro, el optimismo del que les hablaba y la verdadera misericordia; en saber que la mente humana genéticamente no está condicionada. Nos definen de una o cierta manera. Y siempre con la posibilidad de cambiar. Así que reflexionar sobre qué nos define hoy nos ayudará a ver qué retribución lograremos obtener en nuestros futuros. Me despido deseándoles felices pascuas pero no antes sin preguntar: Que los define a Uds.?.
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