El 24 de marzo me fui a una excursión con un grupo de gente de lo más panas y geniales. Un full day de senderismo por una montaña del estado Miranda, Los Teques. La zona se llama El Encanto y está llena de recuerdos y una magia del antiguo ferrocarril que por sus cercanías transitaba.
En Los Teques se encontraba el Gran Ferrocarril de Venezuela o también conocido como Ferrocarril Alemán.
Fue el mayor sistema ferroviario construido en el país hasta la actualidad cubriendo la ruta Caracas - Valencia. Funcionó entre 1894 y 1966.
Viajaba desde la primera estación, ubicada cerca de Miraflores en Caracas, hasta Valencia, haciendo varias paradas: en Los Teques, Las Tejerías, La Victoria, San Mateo, Cagua, Turmero, llegaba a Maracay y hacía una parada más hasta Valencia. Se tardaba aproximádamente lo que tomaría un viaje de Venezuela a Madrid, es decir, unas 7 horas.
Desde que tengo memoria me gusta la adrenalina y emoción de subir por lugares difíciles y sobre todo si es en la montaña porque amo la naturaleza. Siempre fui una niña muy inquieta a la cual le gusta retarse a sí misma.
Este paseo tiene cierto nivel de dificultad por las bajadas tan empinadas y las subidas tan complicadas, pero para mí fue muy divertido. Incluyendo el dolor de rodillas y tobillos a mitad de camino, todo el viaje fue increíble. Caminé descalza por riachuelos, mientras todos tenían botas montañeras yo disfruté del agua fría y lo suave de la tierra bajo mis pies.
Pero de los mosquitos nadie se salvó. Aún tengo las 100 marquitas en cada pierna de sus picadas.
Cruzamos rieles de hierro y otros de madera, que estaban demasiado alto como para calcular los metros que nos separaban del piso. Me di cuenta que ya no le tengo miedo a las alturas, porque caminé sin ningún ápice de temor por las tablas de los rieles. Tenían una separación considerable como para que alguien se cayera si no pisaba donde debía.
Todos iban como elefantes, agarrados de la mano y ayudando a quienes los frenaba su pánico por la altura al ver hacia abajo. "Miren las tablas, no miren hacia abajo", nos decía el guía. Yo me adelanté y tomé esa foto una vez llegué al otro extremo.
Hice un video con la mayoría de las fotos y una canción, que me encanta y me recuerda a lo que sentí ese día, para que disfruten en orden lo que capturé del trayecto.