A LA LLEGADA DEL MUSIU ALFONSO BARONE


Todos conocemos que después de finalizada la II Guerra Mundial el mundo cambió, buena parte de Europa quedó destrozada, la población viviendo las penurias de la post guerra signadas por la escasez, la destrucción del aparato productivo, familiares muertos en la guerra, se requerían muchos años para poder levantar de nuevo las naciones destruidas, con todo y un Plan Marshall estadounidense con el cual se brindaría apoyo con canales humanitarios e inversiones para levantar la economía en general.


Inmigrantes - Puerto de La Guaira- Venezuela-Años 50


Mientras todo esto sucedía en Europa, en las Américas se vivía una época de bonanza y paz que representaban una excelente alternativa para tantos inmigrantes que se acogieron a esos planes especiales de ayuda humanitaria, tan necesaria en ese momento con Europa convulsionada.

En Venezuela se vivía la dictadura de Marcos Pérez Jiménez (1951 – 1958), cuando llegaban al Puerto de la Guaira barcos llenos de inmigrantes europeos, dónde muchos hombres y mujeres eran embarcados sin noción cierta de adonde se dirigían, salían desesperados, huyendo de la escasez y miseria reinante.


Terminal de Pasajeros - Puerto de La Guaira - Venezuela


En uno de esos barcos, quien sabe en qué fecha exactamente venía un joven italiano de 28 años de la ciudad de Bari, comerciante, de nombre Alfonso Barone, hijo de Margarita y Alfonso quienes se quedaron en Italia, venía sólo a descubrir lo que había en el nuevo mundo.


Inmigrantes en Venezuela - Años 50


Los criollos a todos los llamaban “el musiu” o “la muisua”, según se tratase de un hombre o una mujer, ese nombre viene del vocablo francés Monsieur, que significa señor, ya que en Venezuela hubo una marcada influencia de la cultura francesa en la época de Antonio Guzmán Blanco quien gobernó Venezuela por tres períodos constitucionales.

En esa época de la dictadura de Pérez Jiménez, en la que producto de la explotación petrolera habían inversiones por doquier, se construían autopistas, plantas de refinación de crudo, centros comerciales, era una Venezuela pujante. Ciudades del centro del país eran un imán para los pobladores del llano venezolano.

Quienes trabajaban el campo vieron mejores oportunidades en estas ciudades, un buen día una joven, Natalia , de unos 17 años quien vivía en un pueblo llanero de pocos habitantes, llamado El Sombrero en el Estado Guárico, su madre la envía a vivir a Maracay, venía a estudiar y trabajar para buscar un mejor vivir.


Migración Interna en Venezuela del campo a las ciudades - años 50


Dos culturas completamente distintas, sin saberlo se dieron cita en los Valles de Aragua, específicamente en la ciudad de Maracay, conocida como Ciudad Jardín de Venezuela por el Dictador Juan Vicente Gómez (1908 - 1935).


Maestranza Cesár Girón- Maracay - Venezuela


Quienes vivieron esa época saben que en cada ciudad se agrupaban los paisanos en sitios dónde vivieran cerca los unos a los otros. En Maracay los italianos se agrupaban en los alrededores de la Av. Bermúdez y en la Av. Miranda, dónde montaban sus negocios y se iban trayendo progresivamente a sus familiares, amigos a quienes apoyaban mientras se establecían en nuestro país.

La mezcla étnica era inevitable de venezolanos con portugueses, italianos, españoles, búlgaros, alemanes, holandeses, rusos y pare usted de contar, la segunda guerra mundial unió corazones, unió generaciones de dos continentes, con culturas e idiomas muy diferentes, se mezclaron las pizzas con el casabe, el pan de horno con la focacha, las cachapas con el spaguetti, y que decir de nuestra arepa, italianos pidiendo una de carne mechada con queso o una reina pepiada y venezolanas preparándole pizzas a sus maridos italianos.

De ese par de inmigrantes vengo yo, si no se hubiesen conocido yo no estuviese aquí escribiendo este post. El mundo va cambiando, la población se va moviendo, a veces se puede planificar, otras veces no, y así suceden las cosas, lo que algunos llaman destino.

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@escarlata a los 2 años


Entonces, sé que existo gracias a un italiano apodado el “Musiu” y de una joven llanera que un buen día se tropezaron en la calle Carabobo de la ciudad de Maracay…, quién lo iba a pensar!. Pero, cuando llegué a la edad de 2 años mi padre, se tuvo que ir de Venezuela, esta vez se fue a los Estados Unidos de Norteamérica y, fue hasta unos ochos años después que supe de su amor por mí y así a la distancia sólo nos comunicábamos por correo, eran cartas que tardaban hasta más de 1 mes en llegar y progresivamente se llenó mí espíritu de magia, de ilusión y de esperanza por un futuro encuentro que fue alimentando una nueva relación.

Sus cartas eran simples, muy sencillas y amorosas. En ellas, siempre me incluía en sus planes, deseó que yo me fuera a vivir con él junto a su nueva familia y siempre con la sana intención de un buen padre para apoyar a mi formación escolar y desarrollo como ser humano.

Aunque sus planes eran que me fuera a vivir con él, eso no pudo ser. Llegue a ir cuando tenía 10 años de edad, ya estando en Miami, conocí a 2 hermanos: Victorio y July, también a su esposa Diamelva; compartí con sus vidas durante unos 7 meses aproximadamente. Ellos, me proporcionaron miles de atenciones todas para mi mayor bien, me inscribieron en una de las mejores escuela de hispanos, me contrataron a un maestro de música para iniciar clases de teoría y solfeo para piano, igual en academias de gimnasia, teatro y danza, etc…. Pero la nostalgia por mi familia materna hizo que quisiera regresar y aquí estoy desde entonces.

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Familia Barone - Cumpleaños 10 de @escarlata - Hialeah - Miami - FL


Decidí a tan corta edad quedarme con mi núcleo materno, con mis otros seis hermanos venezolanos: Wilmer, Judith, Ninfa, Dhorsy, Zenaida, Flavia, con mi mamá Natalia, mi tía Betty y mi abuela Ninfa. Ahora y desde entonces junto con mis hermanos de quienes tengo bellos recuerdos de nuestra infancia. Además, como soy una de las hijas mayores me tocó ser quién hacía las veces de mamá de cualquiera de ellos mientras mi abuela y madre salían a trabajar.

No pude conocer a los nonos de Italia, ni a otros familiares por parte de papá, hoy están regados por el mundo, a ellos los conocía por las cartas que me escribía mi padre dónde me decía sus nombres, a que se dedicaban, me contaba sus historias de vida en Bari.


Eventos como la segunda guerra mundial dieron origen a muchas historias, cuentos y relatos, hoy les comparto parte de mi historia de vida. De esos momentos narrados guardo en mis memorias de lo vivido y conservo como uno de mis más preciados tesoros, por eso lo tengo en un cofre que guardo celosamente y dónde están todas las cartas ya envejecidas por el paso del tiempo que me escribía el musiu, mi papá, Alfonso Barone.

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Mi cofre personal


Fuentes:
Historia Personal

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