26 - Todo por nada


Todo por nada. Llegaste como las aguas que le quitan la sed a tanto desierto, el deber de decir la verdad cuando el juramento se presta; como quien ocupa tanto espacio en un lugar tan pequeño. Y así cogieron tantos y tantos puntos las heridas, reeditando mis historiales y remendando cada retazo vuelto añicos con tus agujas punzantes y tus hilos repletos de tanta humildad.

Todo por nada. Y en el columpio de mis inventos, creció un verde parque y una aventura primavera. Aniquilaste cada centavo que no cabía en los bolsillos y arruinaste el banco deprimido que nunca ahorraba; sino malavida


Todo por nada. Y en los pasillos, solamente estabas tú, y ante la ceguera, me prestaste tus lentes y descubrí más allá de los vicios y las cuestiones banales, que no es solo el dinero; que el dinero no es amigo y aunque es necesario, puedo dar todo y más que eso, si me venden el vivir, no lo compro, me lo gano. Y no he sentido latidos suficientes que te pueda ofrecer. Aún teniéndolo todo, completas mi rompecabezas y cada nota eres tú, y eres tú y tus encantos.

Todo por nada. Y al revivir puedo amar tus cicatrices de ombligo, tu vientre con rollitos y tus arañazos de estrías; sin ocultar las huellas de que cumpliste tu misión de madre y mujer. Y llegas a mí con tu pasión de amarme sin condiciones, de amores girasoles con pétalos de sinceridad.

Todo por nada. Invadiste mis terrenos y no pude detenerte, limpiaste todas las áreas para aprender a quererte y sembraste todas tus entonaciones para que me quisieran tus melodías. Oye chica, venciste el cáncer que me corroía la tranquilidad y jamás pensé necesario que habitaras hoy en mí, todo por nada

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