Te conocí en el local de una familia de chinos, una de las familias más amables y serviciales que he conocido, un día como cualquier otro cuando venía Long, el dueño de la tienda, para recibirme en la mañana y abrir el local junto a mí, saliste detrás de él, te habías escapado de las manos juguetonas de su pequeña hija, corrías a toda prisa oliendo todo lo que te parecía interesante y evitando ser capturado, KAKA te llamaban… Desde que te vi, supe que eras especial, jugué contigo ese día y solo hicieron falta unas pocas horas para que ganaras mi cariño. Pocos días después Long me pidió que me hiciera cargo de ti, fue así como llegaste a casa el 31 de diciembre del 2015 y tome la primera de muchas fotos.
Luego de un buen baño y algunos días, así te veías, ya estabas listo para empezar un nuevo año y una vida junto a mí…
Aun recuerdo una de tus primeras travesuras, hasta el día de hoy no logro explicar cómo lograste subirte al microondas jajaja pero no pude evitar inmortalizar el momento
Entre travesuras, regaños y juegos fuiste creciendo y mi mama que en un principio se negaba a que te quedaras, ya te había aceptado y agarrado mucho cariño, para muestra, un botón.
A este punto ya la casa era tuya, no solo habías conquistado mi corazón sino el de toda la familia, no había día en el que no se escuchara tu nombre, ni día en el que las travesuras y los regaños no se hicieran presentes.
Creciste entre dos hermanas mayores que nunca pudieron controlarte ni mermar tu esencia juguetona y traviesa, siempre estabas sobre ellas jugando o dándole besos.
Después de hacer desastres en la casa y jugar todo el día, aparte de comer, dormir era tu actividad favorita y más si era en compañía de alguien.
Cuando creciste intentamos probar un nuevo look acorde a tu personalidad y este fue el resultado.
Se te veía muy contento pero quisiste algo más radical, más “extremo” y fue así como quedaste por un buen tiempo
Siempre jugando y haciendo travesuras, te gustaba hacer enojar a tu “abuela” pisando sus pies mientras ella cocinaba, yo siempre te protegía y defendía de sus regaños y te alentaba a seguir siendo tu, a seguir siendo feliz. Recuerdo que seguías a toda la familia todo el tiempo asegurándose de que no se sintieran solos nunca, no quisiste aprender buenos modales pero aun así eras bastante obediente cuando escuchabas tu nombre y era hora de dormir o entrar al cuarto, me quisiste tanto que incluso no dejaste de buscarme y estar conmigo en tus últimas minutos en este mundo, sentirte partir entre mis brazo y piernas me dolió tanto que por primera vez en mi vida llore por una pérdida, tal vez no fui el mejor “padre” o el mejor dueño, pero siempre te quise y lo seguiré haciendo.
Nunca fuiste el más lindo, ni el más inteligente o el de mejor modales de entre todos los perros, ni siquiera tenías un nombre muy agraciado pero donde quieras que este siempre serás el mejor perro que he tenido y tu nombre nunca será olvidado por mí.
Para cerrar, les comparto esta cancion.