Cuando he visto el tema del reto 12 votos de esta semana en un primer momento no he tenido claro desde donde abordar este peliagudo asunto del perdón. Así que le he dejado a mi mente la tarea pendiente y hoy he recordado algunos de los "Fragmentos de un evangelio apócrifo" de Jorge Luis Borges donde se mencionan algunas ideas interesantes sobre este hecho fundamental tan humano y a veces tan dificil.
No en pocas ocasiones me ocurre que le encomiendo a mi mente tareas que en un primer instante no parecen tener resolución y cada vez me sorprendo porque siempre me ofrece respuestas y caminos que en un primer momento no estaban en mi horizonte de ideas.
Así, estos fragmentos, me voy a detener sólo en los que aluden al perdón, aunque son oro en polvo casi todos. Pertenecen al libro Elogio de la Sombra de 1969. Ya como concepto la idea de un evangelio sugiere palabras que nos pueden iluminar, guiar, enseñar, sugiere cierta perspectiva de lo sagrado que por supuesto tiene, como siempre ocurre con la literatura de Borges, una base muy personal:
- Feliz el que perdona a los otros y el que se perdona a sí mismo.
Muy importante ese gesto con el que nos liberamos de pesadumbres que sólo nos hacen daño a nosotros, supongo que por eso perdonar nos puede hacer felices o proporcionar tranquilidad.
- Si te ofendiere tu mano derecha, perdónala; eres tu cuerpo y eres tu alma y es arduo, o imposible, fijar la frontera que los divide.
Siguendo en la misma línea del fragmento anterior, perdonarnos por lo que consideramos acciones equivocadas o malas es fundamental para vivir en paz, no se puede vivir en constante conflicto con nosotros mismos, debemos aceptarnos y perdonarnos.
Pero hay un fragmento, el 27 que de alguna manera entra en conflicto con estos previos, veámoslo:
- Yo no hablo de venganzas ni de perdones; el olvido es la única venganza y el único perdón.
Aquí la palabra clave es olvido, olvidar es pasar página por completo de cualquier afrenta, de cualquier conflicto, es la superación absoluta de esa experiencia que nos hirió o dañó, y por tanto cuando llega el olvido queda por completo fuera de nosotros esa sombra que nos marcó en determinado momento.
Me gustaría cerrar este post con una foto que hice recientemente de un parque eólico, porque junto al Quijote podemos pensar que perdonar es un acto tan complicado como enfrentar a molinos de viento, pero merece la pena el esfuerzo y el valor que requiere llevar a cabo esta dificil tarea, porque nos damos la oportunidad de quitarnos un peso de encima y vivir más livianos y tranquilos.