¡Muy buenas todos!
Caracas es una de las ciudades más sorprendentes en toda Venezuela. Cada rincón de esta inigualable ciudad habla por sí sola, contando su propia historia; intrigando cada vez más, sin duda, a todo aquel que profundice en ellas. Hoy revelaré un viejo rincón oculto entre la modernidad de la ciudad: La Quinta de Anauco.
Fachada principal de la casa
A pesar de estar ubicada en plena ciudad, especificamente en el Sector de San Bernardino, el ambiente que pude percibir al explorar esta maravillosa quinta es simplemente indescriptible. La vasta flora presente, aquellos rudimentarios caminos, esos diseños tan complejos, detallados y antiguos, junto la infinita calma que transmite el olor de la naturaleza y el cantar de las aves, hacen de este lugar una maravillosa fantasía hecha realidad; un mundo totalmente distinto.
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Vista trasera casa
Cada paso que avanzaba por esta quinta me hacía retroceder cada vez más en el tiempo. Sentía que me adentraba en un maravilloso pasado que aún subsiste en ese increíble lugar. Poder observar toda la colección de objetos coloniales ordenados en esa casa, más que brindarme conocimiento, me permitió vivir por un momento en aquella época. Me sentía tan vivo, todo era tan natural, que en ocasiones me olvidaba que solo estaba de visita en ese museo. Es extraño, pero entre más tiempo pasaba recorriendo la quinta, menos me sentía impresionado, por su parte, todo resultaba tan natural... Como si viviera ahí.
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La gran cocina
El sin fin de habitaciones que posee este museo contiene una gran diversidad de objetos coloniales que demuestran la antigua cultura que existía en la Venezuela del siglo XVIII. La artesanía es variada, encontrándose mayormente muebles de distinto tipo, retratos de diferentes pintores y objetos religiosos. La cocina es bastante característica por sus típicos utensilios coloniales, como tinajeros, morteros, pilones, etc. Que muestran la forma más natural en como se cocinaba para aquel entonces.
La Quinta de Anauco, sin duda alguna, es uno de los mejores lugares para visitar en Caracas. Su importante valor cultural, acompañado de su peculiar ambiente colonial, la convierten en un museo ideal para conocer un poco de la vida que vivían los venezolanos de antaño. Además de esto, el valor histórico de esta casa es invaluable, ya que fue el último lugar donde hospedó el Libertador Simón Bolívar antes de realizar el viaje a Colombia, donde moriría. La experiencia que es capaz de vivirse en ese lugar, trasciende la realidad y las emociones, por lo que será un recuerdo que jamás olvidaras
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Vista desde la terraza
Objetos pertenecientes a la colonia
Más objetos coloniales
Toma del jardín interno
Fotografías capturadas con mi teléfono Sony Xperia J