Buenas, melancólicos steemians. Seguro están muy bien y eso me alegra. Los que no, abracen su vida porque todo en ella es pasajero.
No se si es necesario dar una introducción a mi tema de hoy, pero supongo que una corta no estará demás.
He desenterrado huesos en las tumbas de mi subconsciente, en un lugar recóndito donde se aloja esa negrura que todos, en mayor o menor medida poseemos y que de vez en cuando se filtra azotando nuestra mente, ralentizando los segundos y extinguiendo poco a poco el aire respirable a nuestro alrededor. No sé cómo ni cuando, pero sí que es ella, la madre del silencio, quien destila las amargas gotas. Ahora mismo debo reconocer que la siento, me ha perseguido y me acompaña. Enemiga de muchos, fiel amiga de otros, pero en mi caso... en mi caso...
...Es difícil describir lo que es para mi y lo que, al quedar sin opciones, necesito de ella, así que intentaré encontrar las palabras precisas:
Trago amargo del cáliz de un sueño olvidado,
grito ahogado en la mirada de un adiós.
Sombra infame del silencio incesante,
jueza de pecados latentes
inmortalizados en mi frenética imaginación.
Ven, aliméntate de mis pesares,
entona tu melodioso llanto en torno a mis lamentos,
vístete de negrura y extingue mis estrellas.
Asfixia mis palabras con el eco de tus labios,
siembra la duda en mis delirios,
escabúllete en mis venas y repta hacia mi alma
acelera mi agonía; pon tu fría mano sobre mi pecho,
empaña mi frente con tus fétidas exhalaciones.
Las perlas de tus ojos vacíos atraviesen mis lágrimas,
entierra la estaca sin la compasión que no posees.
Llévame lejos de este cementerio de memorias,
toma mi inerte mano y no me sueltes,
porque, aunque seas tú, Soledad, tendría compañía.
Quizás sea pertinente aclarar que la hipérbole domina mis palabras, es decir, esas líneas no fueron escritas por un depresso que desea la muerte, Jaja. Espero les haya gustado, queridos steemians. Siempre es un placer compartirme con ustedes.