Un cuerpo imperfecto, no es sensual ni tampoco el cuerpo de una modelo, me sentía tímida al verme sin ropa desprotegida, no levantaba la mirada y me tapaba el rostro para ocultar mi vergüenza, pero allí estábamos en medio de la nada, en un bosque solo para nosotros, él me quitaba las manos para verme y decirme que le encantaba lo que veía, de a poco sus palabras fueron dándome confianza para sentirme segura de lo que allí sucedía. Estábamos allí por motivos artísticos pero ambos queriamos entregarnos al deseo de nuestros cuerpos.
Las ganas mía pudieron más que mi timidez, quería sentir en mi esas experiencias de vida que nos llevamos al morir y que no le contaremos a nuestros hijos, posiblemente a nuestros nietos. Nos adentramos más y más para solo escuchar el sonido de la naturaleza yo caminaba adelante y él me perseguía, era un juego de atrapame si puedes para que tengas tu premio, yo corría cual niña entusiasmada por lo que sucedería pero a la vez con un miedo terrible que a veces controlaba todo mi cuerpo, pero tenía que salir de mi timidez convertirme en esa mujer que sabía que había en mí.
Llegamos a una parte bastante lejana y abierta, no tenía donde correr y allí estaba yo con mi cuerpo al aire libre, pequeñas hormigas caminaban por mis pies que me daban un cosquilleo inquietante, el me atrapo y quería comer de ese fruto, yo quería que me devorara y que me tratara con salvajismo para hacerle honor al lugar donde estábamos, yo no tenía experiencia en el arte de sexo y parece que él tampoco, sus besos alocados junto a los míos terminaban en lamidas de cuello, fuera de la boca, orejas etc. Sus apretones eran salvajes pero deliciosos al igual que sus caricias, un poco ásperas pero que igual me hacían erizar la piel.
Entre tanta velocidad introdujo sus dedos en mi con tal brusquedad que me hizo pegar un pequeño grito, me pidió disculpa pero yo le dije "cállate" y sigue que me gusta, sentía como sus dedos entraban y salían a una velocidad que me iba a orinar pero no lo hice por pena a mojar sus manos (que gafa fui al cohibirme de eso) yo no sabía cómo quitarle la correa del pantalón sin interrumpir todo lo que sucedía, así que preferí esperar que él hiciera ese trabajo, pasado un ratito se desvistió y dejó al aire su miembro que tenía muchos vellos, algo pasó por mi mente y fue voltearme y agacharme, y así lo hice, él empezó a introducirlo pero me dolía y me di cuenta que estaba seco, me voltee y con mi boca hice lo que pude para lubricar un poco (debo admitir que desde esa vez me esmere en mejorar mis orales)
Nuevamente me puse en posición pero esta vez boca arriba con mis piernas abiertas y lo sentí entrar esta vez más suave, que rico se sentía las hojas seca y fría en mi espalda, el olor a monte a tierra, olor a naturaleza y si pene entrando y saliendo que lo sentía muy dentro, todas esas mezclas fueron perfectas en ese momento, que cosquilleo dentro y fuera de mi cuerpo, decidí ponerme esta vez boca abajo levantando mi trasero recostada a una mata que allí estaba y qué sensación tan fascinante, se sentía mejor en esa posición ¿más grande o yo me había puesto más pequeña? no lo sé, pero era divino, era tanta la excitación que arranque la mata mientras la sujetaba con tal agonía que levante mis manos y la arranqué de raíz.
Así se siente tener un hombre dentro, que se mueva como se movía él, quiero que se repita y que sea mejor, dejare de ser tan tímida y comenzare a experimentar más en mi vida, al fin y al cabo es lo único que me llevaré cuando abandone esta vida. Desde ese día, empecé a querer más mi cuerpo, a ser menos callada y menos tímida. El bosque que me llenó de satisfacción y de cierta rebeldía para dejar la sumisa callada de antes.