Hay dos opciones: Rendirte o Seguir luchando; lo más fácil es la primera y no solo la más fácil si no la que más pasa por nuestra cabeza.
Y es que no vamos a negar que en algunos momentos de nuestra vida tenemos momentos donde quisiéramos rendirnos de una vez por todas En donde pareciera que por mas esfuerzo que realicemos no vemos ningún cambio en donde todo se pone difícil y es más fácil pensar que seremos vencidos que en vencer.
Yo he estado allí, se lo que se siente al ver que las cosas no cambian, se lo que se siente tener la sensación de no poder mas y querer dejar todo de una vez por todas..
En más de alguna ocasión he tenido esa interrogante en mi vida: ¿Me rindo? ¿Sigo Luchando?, es obvia la respuesta que he elegido, pero eso no significa que no haya sentido en algún momento el amargo sabor de la derrota o el fracaso
Y es que tenemos que entender una cosa: Podemos perder batallas, pero jamás una guerra. Y es que a veces pensamos que de esa no saldremos, vemos tan enorme el desierto que pensamos que moriremos en el. Creemos que esa batalla es la ultima y terminaremos derrotados cuando en realidad lo nuestro no es una batalla, sino un guerra la cual aun no hemos perdido.
Quizá lo últimos días aquella sensación de rendirte se ha apoderado de tu mente y no existe otro pensamiento que el tirar la toalla y decir "Ya no mas"
Quizá esa terrible sensación se ha apoderado de tu corazón, el cual palpita de una forma diferente, hay como una angustia y una indecisión por una parte quisieras rendirte porque ya no puedes más.
No escojas rendirte, jamás rendirse es ni será una opción, porque no somos de los que nos rendimos, sino de los que siguen luchando a pesar de que sea difícil el camino. Seguramente esta batalla que estás perdiendo, quizá no será la última que pierdas, quizá vendrán otras en las que te sentirás derrotado, pero tienes que entender que una batalla no dictara tu futuro completo, al contrario, de esa derrota puedes aprender algo bueno, para que en la próxima puedas vencer en ese mismo campo de batalla.
Por que hayas tropezado no significa que permanecerás en el suelo por toda la vida, sino que lo que significa es que Dios está a punto de extender su mano para levantarte y decirte: “¡Vamos no te rindas!”.
No pienses que lo que estas pasando en demasiado difícil, porque habemos millones de personas más que estamos pasando por situaciones que creemos también que son muy pero muy difíciles, y sin embargo seguimos confiando
No estés pensando más en esa mala decisión de rendirte, ¡No!, jamás ese pensamiento de derrota total, no estas derrotado, no eres un fracasado, Tu puedes, no te rindas!!
¡Vamos! ¡Sigue luchando!, esto pasará, ya lo veras, ninguna tribulación acá en la tierra es eterna, sino que todas son por momentos