Cada mañana me levanto con el mismo pensamiento y sentimiento de pereza, de solo seguir durmiendo, que no tengo ninguna inspiración o motivación para pararme cada día y repetir la rutina diaria, más sin embargo, hoy ha sido totalmente diferente.
Me levanté como siempre, a las 6:00am, aturdido con el sonido de la alarma, lo único que en ese momento me motivo a levantarme fue el poder apagarla, pues es un sonido muy fastidioso, y por eso la tengo, porque sé que puede levantarme.
No sé porque me dio por asomarme en el balcón de la sala, pero estoy seguro de que fue una de las mejores decisiones en mi vida, aunque suene algo exagerado, al ver este precioso amanecer, me di cuenta de que no necesito tener una razón, persona o cosa para sentirme motivado o inspirado a levantarme cada día, cuando la mejor inspiración, motivación y razón para hacerlo soy yo mismo.
Aunque suene o parezca algo lógico, creo que no muchas personas nos damos cuenta de esto, ya que siempre podemos vivir desganados o desmotivados por la sencilla razón de sentir que algo hace falta en nuestra vida, y no nos damos cuenta de que la mejor razón y motivación somos nosotros mismos, el poder llegar a ser alguien en la vida, cumplir metas, no ser un fracasado y disfrutar, todo lo demás es secundario y va llegando con el transcurso del tiempo.
Me tomé un breve momento para capturar el precioso amanecer que me motivo a pensar de otra manera.
Cuando te despiertas tienes dos opciones,
Regresar a dormir y soñar tus sueños, o levantarte y alcanzarlos. ¡Tu decides!