Había una vez un niño llamado Andrés, él tenia 14 años, era un niño bastante egocéntrico y se la pasaba fastidiando a sus compañeros de clase.
Andrés no era muy simpático que se diga, era un poco torpe y poco inteligente, además, de su cuerpo emanaba olores muy feos, incluso decían que también tenia mal aliento, pues no le gustaba bañarse ni cepillarse los dientes, pero esto a él no le importaba, pues el así tal cual se creía perfecto. Sus compañeros y amigos siempre le hacían ver que tenía que ser más aseado consigo mismo, pero el nunca le prestaba atención a lo que sus compañeros le decían.
A pesar de todo, Andrés también tenía sus virtudes, aunque no era muy inteligente y aveces solía ser un poco torpe era buen cocinero, de verdad le encantaba cocinar, pero su actitud tan egocéntrica no lo ayudaba, su ego lo cegaba y no lo dejaba progresar.
Andrés gustaba mucho una compañera de clases llamada Camila, una niña muy linda, simpática, inteligente y humilde, por lo tanto tenía muchos amigos, pero a Camila no le agradaba Andrés por su personalidad y por el poco interés a su propio aspecto personal.
Un día Andrés tomó la decisión de darle un regalo a Camila, y así tal vez poder empezar a ser su amigo. pero el no sabia que regalarle, hasta que se le ocurrió la idea de hacerle una torta de chocolate.
Al día siguiente, Andrés a la hora del receso se acercó a Camila para darle su regalo pero ella lo ignoró, el buscó la manera de acercarse a ella y hablarle y le preguntó que porque lo ignoraba y nunca le hablaba, lo que ella le respondió de inmediato diciéndole que él era muy malo con sus compañeros y amigos, muy egocéntrico y también porque no cuidaba de su aspecto personal y que en realidad a ninguna persona le gustaba estar cerca de alguien que tuviese malos olores..
Andrés al oír esto de la niña que le gustaba, sintió muchas ganas de llorar y corrió al baño desesperadamente a encerrarse.
Daniel, uno de sus pocos amigos, al entrar al baño y encontrar a Andrés llorando quedo sorprendido y rapidamente se acerca a él y le pregunta: ¿Qué te pasó, te hicieron algo? Andrés sintió el consuelo de Daniel y enseguida empezó a contarle lo que acababa de suceder, Daniel al escuchar esto, no está para nada sorprendido de lo ocurrido...
Daniel sabia que su amigo necesitaba de su ayuda, que necesitaba escuchar la verdad, la verdad que todo el mundo le había dicho, pero ésta vez debía escucharla de él, ya él sabía que Andrés tenía que empezar a tomarse estas cosas en serio.
Daniel le hizo saber que tenia que tenia que ser más amigable, tratar mejor a las personas y también que debía preocuparse por sí mismo, por cuidar su higiene personal, porque sus olores de verdad eran un desagradables en el momento de interactuar con el.
Andrés no dijo nada al respecto, solo escucho con atención, espero la hora de salida y se fue corriendo a su casa, se encerró en su cuarto y se tiro en la cama a pensar y reflexionar sobre su situación y todo lo que le habían dicho.