Os quiero hablar de un tema clásico y eterno y sin embargo siempre actual: las relaciones de pareja y en concreto qué es lo que esperamos de ellas.
Dentro la etiqueta AMOR solemos incluir un montón de cosas. Esperamos que la relación nos aporte ternura, sexo, emoción, alegría, diversión, reconocimiento, seguridad y un largo etc de cosas buenas, jeje
Sí, tenemos derecho a desear que nuestra pareja cumpla con nuestras fantasías, que apacigüe todos nuestros temores y que cure viejas heridas.
Si ocurre algo de eso será un regalo pero como expectativa resulta excesiva y ... un EXCESO DE EXPECTATIVA PUEDE AHOGAR EL AMOR.
Muchas veces la pareja proviene de una familia o de un ambiente bastante diferente a los nuestros, sobretodo porque no hay dos familias iguales y con eso tendremos que lidiar. Podemos afrontarlo como conflicto o como una forma para descubrir diferentes formas de ver y entender la vida. Podemos aprender a respetar y valorar algunas cosas que en principio nos pueden resultar extrañas o desconocidas.
Puede que ampliemos nuestros conocimientos y nuestra sensibilidad. Abrimos una mirada más amplia sobre el mundo y las cuestiones humanas. Puede que nuestros puntos de vista se vuelvan más flexibles. Eso no significa que nos mimeticemos con nuestra pareja, que aceptemos todo del otro. También debemos ser respetuosos con nosotros mismos. Es una ocasión para aprender a ser asertivos. Reconocer los valores que ya poseemos, que consideramos básicos y si cabe defenderlos. No con afán de imponerse sino de forma razonada. Y si cabe llegar a un acuerdo que enriquecerá el camino a compartir.
Es importante que la pareja se valore y admire mutuamente, si esto no es reciproco o lo es en intensidades muy diferentes resultará una relación poco o nada equilibrada y con ello la perspectiva de futuro es poco optimista.