Ser abuela es un arte

" Las abuelas, son esas personas que vemos con más respeto que a los padres; son como las raíces de un árbol que dará diferentes ramas que son los hijos, y de ellos nacerá lo más maravilloso de la vida, que son los nietos."

–Shoshan.

No hay nada más difícil y a la vez placentero que escuchar una suave voz querida llamándote “abuelita”. Es signo de que ha pasado el tiempo, pero también de que algo bueno has hecho, algo que te llena de ternura. Cuando llegan los nietos descubrimos que hay más amor en nuestros corazones de lo que jamás habíamos imaginado.

El corazón rebosa con la voz de los nietos llamándonos cuando nuestros hijos nos los traen a casa. Pensábamos que el amor de madre era el más sublime, y el de mayor intensidad posible… pero cuando nuestros hijos llegan con nuestros nietos, nos encontramos con que ese ser diminuto recién llegado nos roba el sueño noche y día, y sólo queremos verlo crecer entre nuestros brazos.

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Como madre, has sido la mejor madre que supiste ser: lo diste todo por tus hijos, también todo tu corazón. Pero como madre, también tenías tus miedos, criabas a tus hijos con la constante preocupación de que les vaya a pasar algo malo a los hijos, que no se vayan a enfermar y que sus necesidades estén siempre cubiertas. Ser madre era complicado, los años pasaban lentamente, siempre tratando de ser la madre excelente que todos esperaban de ti… Pero llega un punto, generalmente cuando los hijos se hacen mayores y salen del hogar, en que te das cuenta de que de la noche a la mañana tus hijos han crecido y no has podido disfrutar porque siempre estabas pendiente de su bienestar.

Con la llegada de los nietos es diferente, aquí es cuando renace otra mujer: esa que ama, juega y salta sin miedos con sus nietos… muchas veces sientes que lo mejor de la vida es esta etapa, donde puedes amar sin miedos, sin tantas responsabilidades, donde sólo hay amor y calor de una abuela loca por sus nietos.

Un popular dicho dice que “las madres están para criar, y las abuelas para malcriar”. Y es que, ser abuela te permite enamorarte de un crío, pero sin la carga de la responsabilidad que les corresponde a los padres. El amor que sienten pues, es más libre y por lo tanto se disfruta mucho más.

Y pese a ese enamoramiento de los nietos, por lo general, las abuelas prefieren estar sólo un rato con los nietos, unas horas o como mucho unos pocos días… porque en realidad no quieren hacer de madres, que de eso ya han hecho mucho ya. En esta etapa de la vida quieren disfrutar entregando amor de abuelas, no amor de madres. Un amor libre, sin responsabilidades… por eso lo disfrutan más de que lo que hicieron con sus propios hijos. Como abuelas, pueden permitirse amar sin la carga de la responsabilidad maternal.

Las madres pocas veces pueden hacerse amigas de sus hijas, en cambio las abuelas pueden, y muchas veces llegan a tener más amistad que los hijos de ésta. Por la misma, los hijos de la abuela siempre están con reglas, intentando llevar las cosas en la dirección que estiman correcto; mientras los nietos, suelen ser más comprensivos y pacientes con la abuela, tanto así que muchas veces son sus mayores defensores.

Esto no quiere decir que la abuela realmente quiera más a los nietos que a sus propios hijos, pero disfruta más de ese amor que es entregado libremente, que además, los nietos suelen llegar en el momento justo: cuando necesitaban una razón para seguir adelante.

Ser abuela es maravilloso, tener una también. Disfrútenlo ambas.

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