Te esperaré toda mi vida | Relato

Rebeca

Fue tan fácil enamorarme de ti.

Aquel día de enero venías ataviado con un pulcro traje, apurado como yo; no nos vimos cuando corríamos y nos dimos tal empujón, que solo me pude reír y tu lo hiciste conmigo. Pediste disculpas como dos semanas, hasta que nos vimos en aquel café y todo encajó.

Esa chispa verde de esperanza en tus ojos, aquel travieso hoyuelo de tu mejilla, la pasión de tus ideas y de sus besos ¿Cómo no hacerlo? Era el destino haciendo magia por los dos.

A veces creo que mi corazón explotará de tanto amor que siento cuando te veo. Y es que no lo puedo evitar, desde que te conocí, el mundo se detuvo y volvió a girar.

Cuando me pediste que viviéramos juntos, creí volar, dijiste que tendríamos nuestra propia familia y finalmente dejé de sentirme sola.

Amaba despertarme con tus besos en mi espalda y el fuerte olor a café, que calentaba nuestras frías mañanas. Nuestras noches de película, aquellos viajes espontáneos, caricias a media noche y susurros llenos de pasión.

Te encantaba verme de rojo, decías que yo era el color en tu vida, pero yo creía que más bien tú eras mi vida.

Pero ha pasado mucho tiempo de eso y duele tanto verte ahora, teniéndote cerca y a la vez tan lejos; no puedo evitar seguirte, y yo te lo dije, que tu vida era como la mía.

¿Qué puedo hacer? Ahora me consume el dolor de no tenerte y no sé que hice para merecer esto.

Veo cómo sales cada mañana y te sigo, ya no sonríes como antes; el color parece haber abandonado tu rostro y me preocupo tanto, no pareces estar bien y yo dejé de existir para ti.

Entras a la misma cafetería todos los días, a la que solíamos ir juntos. Siempre sales con un mocaccino y me escondo tras un auto estacionado, pero ¿a quién quiero engañar? Ya no me verías.

Lágrimas invisibles humedecen mi rostro y rompo en un quebrado llanto, quiero estar contigo, pero ahora vives tu vida sin mí.

No me atrevo a acercarme a ti, te asustarías, te enojarías y te irías sin decir nada.

Ay amor mío, pero así pasen mil años...Yo te esperaré toda mi vida.

Guillermo


Cambio el ramo de flores de una mano a otra mientras mi paso es firme, aún no se me van los nervios ni el dolor, aunque estoy más en paz y ella necesita saberlo.

He pensado tanto en encontrarme con ella, ha sido duro y no lo puedo evitar, la sigo amando. Sin embargo, lo nuestro no puede ser, al menos no en esta vida.

Marzo aún es frío y solitario, temporada favorita mía, aunque ahora me gusta la primavera como a ella.

El árbol que le da sombra aún no ha recuperado el verde que le fue arrebatado con el invierno. Inhalo profundamente y una lágrima cae por mi rostro. Pensé que podría seguir adelante pero su ausencia me sigue matando.

No habrán niños que rían en la casa, no habrá ese dulce aroma a cítrico que tanto ella adoraba, no habrían abrazos calientitos bajo las mantas; simplemente no habría futuro.

Te amaré toda la vida, Rebeca.—Susurró con voz ahogada.

No, aún no podía.El remordimiento le pesaba en su consciencia, por culpa de él, ella se habia ido en ese accidente. Depositó el ramo de rosas rojas sobre ella y lloró, como quien sufre una herida incurable.


fuente

Rebeca Villaroel
Mujer llena de gracia y
amada profundamente
1985-2015.



Las ilustraciones pertenecen a Pascal Campion

Team Mosqueteros forever ♥

¡Gracias por leerme, se les quiere!

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