En una desordenada habitación, llena de computadoras portátiles viejas, polvo y poca iluminación, Alexander Pompeya, Laila Kenán y seis personas más, cuatro hombres y dos mujeres, abarcan todo el espacio libre con expresiones expectantes.
Debemos ir a un objetivo más grande.
Necesitamos de su ayuda.
Una pareja de ladrones, Henry y Ruth, viejos conocidos de Laila, se muestran tan intrigados como para intervenir.
(Confundida)
¿A que se refieren?
¿Robaremos a los ricachones?
(Burlón)
Claro, iremos a la zona cero a darles
un poco de caos para despeinarles el copete.
Henry se acomoda en el mullido sofá, riendo en voz baja, Alexander explota en una espontánea sonrisa y los demás comienzan a murmurar. Laila los mira a cada uno durante unos segundos antes de presionar el botón en una de las computadoras portátiles y encender el destartalado holograma del mapa de la ciudad.
De hecho… Iremos más allá.
Ante la confusión, Alexander se mueve frente al portátil y el holograma del mapa se centra en la zona cero y lo que hay después de él, la represa.
fuente
He hackeado unas páginas del Estado durante
un largo tiempo y encontré algunos informes
sobre el agua que está retenida en la represa.
(Gritando)
¿Acaso quieres que nos maten?
¡Es imposible llegar hasta allá!
Cálmate Ruth, deja que ellos se expliquen.
Ruth y Henry mantienen una silenciosa conversación un par segundos, hasta que ambos asienten.
La información que consiguió Alex dice que
la sequía en la que vivimos es impuesta por
el estado, en un intento por preservar el agua.
Pero resulta, que los mismos informes dicen
que los niveles de agua alcanzan para todos,
al menos cien años más.
¿Y luego de los 100 años qué?
He ahí el dilema, pequeña dama.
(veloz)
Tienen planes de una máquina que
purifique las aguas, esas que deberían
salir de nuestras tuberías.
Todo murmullo ha sido apagado ante la información dada y todos en la habitación mantienen expresiones diferentes, desde curiosidad hasta alarma. La otra mujer que había estado en segundo plano, llamada Nora, decide hablar.
(Enojada)
¿Entonces pensaba matarnos de sed?
(Exasperación)
No lo sé, Nora. Lo importante es que el agua
está en la represa y tiene que llegar a todos
nosotros o si no morirá más gente.
(Animado)
Debemos pasar la zona cero para llegar
a ella… Y existe la manera.
¿Están con nosotros?
Alexander sonríe, mientras alza su puño y los mira a todos, expectantes. Laila enseguida imita su acción, luego Nora, Henry, Ruth y el resto de la recién formada pandilla.
ESC. 7: INT. SALA DE OPERACIONES DE LA FUERZA POLICIAL DE ORDEN. DÍA.
Un caluroso y rojizo amanecer es ignorado por la gente que se mantiene fresca dentro de las murallas de concreto. Menos flujo de personas se moviliza en la gran central de la fuerza policial a excepción de una de las salas de operaciones, donde Theo comienza con la reunión.
Buenos días, caballeros… y dama.
Theo mira a su compañera Helena y ella le sonríe, alentándolo en silencio. Cuatro oficiales más, Nex, Oscar, John y Robert, lo miran con ojos cansados y curiosidad a la vez.
¿Qué tenemos que hacer ahora, Theo?
Nex habla en un tono suave, sin autoridad ante su superior, pero agotado por la guardia anterior. Todos los miran, sentados alrededor de una inmensa mesa ovalada.
Do Santo quiere mi cabeza y debemos
reducir la cantidad de robos en
menos tiempo posible.
El hombre muestra las alarmantes cifras de robos en el último mes, dejando en rojo las zonas más sospechosas y la zona 66 está entre esas.
Existen doce zonas donde los robos
son casi a diario. Estos ladrones
tienden a ir en pareja, no usan
armas de fuego y son muy astutos…
Porque cubren sus rostros.
Helena, llena de curiosidad, se inclina hacia delante sobre la mesa, mirando las fotos tomadas desde las torres de las alcabalas.
(Curiosidad)
¿Son todos hombres?
¿Por qué los oficiales de
las torres no atacan?
No atacan porque los de vigilancia
no poseen armas de fuego, solo
paralizantes eléctricos.
(Riendo)
Los ladrones también y
mira como les va.
Theo ignora el comentario de Nex y hace girar la pantalla holograma, acerando unas imágenes de tomas lejanas, cuatro mujeres se ven en ellas.
Hay mujeres, pero solo
una pocas llevan ataques
más arriesgados.
Hace dos días, diez mil litros
fueron robados y los choferes
explicaron que fue una mujer
quien los atacó.
Helena se ríe y Nex inevitablemente le sigue, pero una mirada de Theo calla cualquier sonido.
Debemos emboscarlos.
(Media sonrisa)
Exacto. Ya que no parecen resistirse
a un camión con agua, se ha modificado
dos de los viejos para que transporte
dos oficiales en la parte posterior.
Theo deja sobre la mesa la tableta que contiene los informes y apoya sus manos en ella, mirando a su equipo, suspira sentándose.
Oscar, John y Robert, ustedes
irán juntos. Helena y Nex, vienen
conmigo. Procuren dejarlos vivos,
la información es esencial.
Todos asienten ante la orden y Theo comienza a extender la explicación de su plan y los diferentes procedimientos.
Poco a poco voy mejorando la estética de mi historia, espero que les guste. Por favor, déjenme saber que les pareció.
A mi familia de @mosqueteros, mil gracias por el apoyo, que vamos creciendo poco a poco, pero juntos. ♥
Gracias a la gran comunidad de @cervantes por impulsar el contenido en español en esta plataforma.
Nos leemos pronto, cheers!
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