La gamuza es cuero que ha sido estirado, rasgado y desgastado a fin de darle la clásica apariencia afelpada que tiene. Dado que el material ya está "destruido", la gamuza repele el agua mucho menos que el cuero. Es recomendable siempre darle un tratamiento previo al calzado de gamuza si quieres mantenerlos limpios y con buena apariencia, pero en ocasiones no te quedará más opción que limpiar y secar zapatos mojados que no hayan sido tratados.
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Quítate los zapatos y déjalos secar lentamente al aire libre. No pongas los zapatos bajo el sol o cerca de un calentador, ya que el calor excesivo podría hacer que la gamuza se deforme y se quiebre si no tienes cuidado. Simplemente quítatelos y ponlos en un lugar seco.
No intentes eliminar las manchas mientras los zapatos estén mojados, ya que esto podría acabar con la textura suave y afelpada de la gamuza
Rellena los zapatos cuidadosamente con papel tisú o periódico si están empapados, trata de imitar la forma de tus pies. Ten en cuenta que, a menudo, el cuero y la gamuza se deforman cuando se mojan. Si el calzado se seca en esta posición deformada, estos materiales se agrietarán cuando te pongas los zapatos. A fin de evitarlo, haz bolas de papel y colócalas suavemente en el interior de los zapatos, a fin de darles la misma forma que si los tuvieses calzados en tus pies. No querrás rellenarlos tanto como para que se revienten las costuras ni que el papel sobresalga por los bordes, solo usa el papel suficiente como para que este absorba el agua y ayude al zapato a mantener su forma.
Asegúrate de que una de las bolas de papel llegue hasta la punta los zapatos.
Ten en cuenta que la tinta del papel periódico podría manchar tus zapatos si se moja. En la mayoría de los casos esto no es un problema, ya que la mancha permanecerá en el interior de los zapatos, pero de todas maneras es recomendable que seas cuidadoso.
Cepilla suavemente todo el barro o polvo con un cepillo para gamuza o uno de cerdas suaves de nailon. También puedes usar un cepillo para las uñas o de dientes si no tienes a mano otra cosa. Cepilla suavemente, siguiendo la dirección de la felpa (la lanilla) de la gamuza, a fin de eliminar todas las manchas grandes de lodo. No te preocupes por eliminarlas totalmente, no querrás frotar la gamuza mientras todavía esté mojada si puedes evitarlo.
Ten en cuenta que el agua no arruinará tus zapatos de gamuza si te tomas el tiempo necesario para secarlos. No limpies, frotes o cepilles la gamuza vigorosamente. Cuando los pelillos delicados se mojan, se tensan hacia arriba y se vuelven quebradizos, lo que causa que sea fácil arrancarlos. Cuando tus zapatos se manchen o se mojen, resiste la urgencia de comenzar a cepillarlos, espera a que estén completamente secos. Con un poco de paciencia podrás arreglar la mayor parte del daño que haya sufrido tu calzado de gamuza.
Ten presente que no podrás arreglar los zapatos de gamuza si ya desprendiste la capa suave externa. Una vez que hayas arruinado la felpa, no podrás recuperarla.
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Renueva la gamuza seca con un cepillo para este material a fin de que recupere su textura suave. Una vez que los zapatos estén limpios y totalmente secos, toma un cepillo para gamuza y pásalo suavemente a fin de reacomodar las fibras. Trabaja en círculos pequeños, cepillando cada área de los zapatos hasta que las fibras estén suaves y brillosas. Si bien los zapatos más viejos nunca podrán recuperar totalmente su antigua gloria, podrás mejorar ampliamente la apariencia triste y mojada de los mismos
Aplica a tus zapatos un producto en aerosol para proteger la gamuza, a fin de evitar más daños. El calzado de gamuza puede sobrevivir en todas partes, siempre y cuando estés preparado. La mayoría de los zapatos requerirán de aerosoles o recubrimientos específicos para gamuza, pero los beneficios son enormes. Un producto protector mantendrá secos a tus zapatos, evitará las marcas de agua y las manchas y mantendrá la suave capa externa en buen estado por muchos años.