Discovering Buenos Aires ecopark / Descubriendo el ecoparque de Buenos Aires

Summer vacation hasn't started yet, but with the milder days of spring in Argentina, my little one and I began our outings to explore the city.

Even though it was already quite late, we decided to take the train to go to the capital and visit what used to be the city's zoo, now called Ecoparque.

Located in the Palermo area, this extensive area houses not only various plant species, but also a great diversity of animals, some of them walking freely among visitors.

My son was fascinated during the 90 minutes we could stay inside, as closing time came upon us, without even being able to visit half of its facilities.

We started in the area of aquatic animals, where the figures of a seal, a dolphin, and a sea turtle steal the show, as they have a control panel that can be manipulated by visitors, with children being the most interested in doing so. Through these controls, they not only make them move, but even spit water at people in the vicinity.

Near that area was a large orca, spouting water from the opening on its back, entertaining the children who ran dodging the stream so as not to get wet.

We walked without following a travel schedule, we wanted everything to surprise us! And so did the many baby capybaras (chigüires in Venezuela) that were everywhere, as well as the peacocks walking everywhere, some displaying their beautiful plumage.

One of the things I liked were the viewpoints to be able to observe certain species from a distance, such as the monkeys, for example, who are on an islet just for them, calmly, without any visitor disturbing them. From there we also saw turtles, ducks, swans, and even a skittish Komodo dragon.

It also seemed very appropriate to have a space for the disposal of plastic bottles, which are so polluting to the environment.

The divided areas with colorful signage help to navigate according to preferences, and also serve as reference points in case of getting separated when in a group.

In the bird area, there is a bird-shaped structure where children can enter to take a funny photo for the memory, and of course we took the opportunity to turn my son into a huge canary.

When the closing of the areas began, we still missed seeing the large animals, we only managed to see the llamas in the distance as we were leaving, but we did not miss the opportunity to take this postcard of the buffaloes waiting for the park to close.

In each area, you can also find various food stalls, with chairs to sit and eat there or you can also take them to continue eating as you walk.

Both my son and I were left with the excitement of being able to return on vacation days, to finish exploring it in my case, but in his, with an extra change of clothes to play with the orca and get wet!

It was a short but very educational and fun trip. My little one had never visited a zoo before, so this first time kept him excited, despite having walked too much. In fact, that day he came home, showered, and didn't even want to have dinner, he preferred to go to bed early, with the excitement of having seen something new.

Todavía no han empezado las vacaciones de verano, pero con los días menos fríos de la primavera en Argentina, mi pequeño y yo empezamos nuestras salidas a explorar la ciudad.

Aunque ya era bastante tarde, decidimos tomar el tren para irnos hasta la capital y visitar lo que anteriormente era el zoológico de la ciudad, y que ahora es llamado Ecoparque.

Ubicado en la zona de Palermo, esta extensa superficie alberga no solo diversas especies de plantas, sino también una gran diversidad de animales, algunos de ellos paseando con libertad entre los visitantes.

Mi hijo, estuvo fascinado los 90 minutos que pudimos permanecer dentro, ya que se nos hizo la hora de cierre, sin siquiera poder visitar la mitad de sus instalaciones.

Empezamos por el área de animales acuáticos, en donde las figuras de una foca, un delfín y una tortuga de mar se roban el show, puesto que tienen un panel de control que puede ser manipulado por los visitantes, siendo los niños los más interesados en hacerlo, y es a través de esos mandos que logran no solo hacerlos mover, sino hasta escupir agua a las personas que se encuentran en las adyacencias.

Muy cerca de esa zona de encontraba una gran orca, que botaba agua por el otificio de su lomo, entreteniendo a los niños que corrian esquivando el chorro para que no los mojara.

Caminamos sin seguir un cronograma de viaje, queriamos que todo nos sorprendiera. Y así lo hicieron, los muchos carpinchos (chigüires en Venezuela) bebés que había por todos lados, al igual que los pavos reales que caminaban por doquier, algunos exhibiendo su hermoso plumaje.

Una de las cosas que me gustó, fueron los miradores para poder observar en la distancia a ciertas especies, como los monos por ejemplo, quienes se encuentran en un islote solo para ellos, de manera tranquila, sin que algún visitante pueda perturbarlos. Desde ahí también vimos tortugas, patos, cisnes y hasta un dragon de comodo huidizo.

También, me pareció muy acertado colocar un espacio para el desecho de botellas plásticas, que resultan tan contaminantes para el ambiente.

Las áreas divididas y con señalizaciones coloridas, ayudan a ubicarse según las preferencias, y también son punto de referencia en el caso de llegar a dispersarse si vas en grupo.

En la zona de aves, está una estructura en forma de pájaro, en la que se pueden meter los niños, para sacarles una foto graciosa para el recuerdo, y por supuesto aprovechamos para convertir a mi hijo en un enorme canario.

Cuando ya empezaron el cierre de las zonas, todavia nos faltaron los animales grandes, solo logramos ver a las llamas a lo lejos, cuando íbamos de salida, pero no perdimos la oportunidad de sacar esta postal de los búfalos esperando el cierre del parque.

En cada zona, también se pueden encontrar puestos de comidas variadas, con sillas para sentarse a consumir ahí o también se pueden llevar para ir comiendo mientras continúas con tu paseo.

Tanto mi hijo y yo quedamos con la ansiedad de poder regresar en los días de vacaciones, para terminar de recorrerlo en mi caso, pero en el de él, con una muda de ropa extra para jugar con la orca y poder mojarse!

Fue un paseo corto, pero bastante educativo y divertido. Mi pequeño no había visitado nunca un zoológico, por lo que esta primera vez lo mantuvo emocionado, a pesar de haber caminado demasiado. De hecho, ese día llegó a casa, se duchó y ni quiso cenar, prefirió acostarse temprano, con la emoción de haber conocido algo nuevo.


Foto/Photo by: @mamaemigrante
Edición/Edited by @mamaemigrante using canva
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