Hoy escribiré un poco con contenido político, he enfocado más el blog en uno de mis hobbies, el senderismo, pero hoy 23 de Enero (día en que en Venezuela se celebra el día de la democracia), dedico estas palabras a mi amada Venezuela. Esa mujer maltratada por sus gobernantes y por su pueblo, que aunque el marido le pega ella insiste en quererlo, y no tiene las fuerzas para salir de él.
Mis reflexiones me llevan a Maracay, la ciudad donde me crié rodeada de playas y montañas. Una ciudad militar, donde el General Juan Vicente Gómez gobernaba y se sentía totalmente protegido en su dictadura cuadillista. Casa de la aviación venezolana, confieso que por un instante pensé en estudiar aviación, pero la idea de obedecer sin cuestionar no me gusta para nada. El ¨mande usted mi general, no es para mí¨.
Volviendo a la aclamada democracia, ya inexistente en muchos países, donde tienen instituciones disfrazadas, se me hace curioso como 61 años después de la caída de la última dictadura con el General Marcos Perez Jimenez estemos padeciendo del mismo mal, clamando por la democracia, por la libertad y porque podamos vivir como seres humanos, porque la actual vida es gobernada por seres inhumanos.
Mientras en las calles del mundo y de Venezuela, se escucha el gripo de ¨libertad¨. Mi amada Venezuela agoniza sin que el marido quiera soltarla. A pesar de que en un principio, hace más de 20 años la solución era el llamado cambio a una quinta república que resultó ser peor que las cuatro anteriores, ha resultado mejor instaurarse y perpetuarse en el poder con armas democráticas, como el voto. Tal como lo hizo Hugo Chávez, quien pasaba su mandato de elección en elección, y por más que votáramos el mismo sistema lo daba ganador con un CNE y todas las instituciones parcializadas. Qué recuerdos contando votos y protestando en estos 20 años de historia, en los cuales emigré dos veces y ya la segunda convencida de que no había vuelta atrás.
Dejo hoy estas palabras pidiendo un milagro, aunque se que no hay mal que dure mil años, este mal si hace más daño. Solo deseo amada mía verte nuevamente libre, próspera, segura y sacando tu potencial, estoy contigo aunque ya no puedas verme.
P.D. La foto fue tomada con mi Samsung Galaxy S3 en una de mis cumbres preferidas en el Parque Nacional Henry Pittier, Maracayero que se respete subió al container con muchísimo sol y vio la ciudad desde las alturas.
