Hombres dormidos
sobre cohetes
armados
con almohadas
y suaves colchones
libran
la última
(ojalá
sea
la última)
batalla
contra la pereza.
El cielo se ha quedado sin nubes
las nubes se han quedado sin forma
las formas se han quedado sin artistas
los artistas se han quedado sin pinceles, sin manos, sin lápices
los lápices se han quedado sin inspiración
la inspiración se ha quedado sin alma
el alma se he quedado sin cielo
el cielo está desnudo
desnuda está la muerte
muerto está el arte
sin arte no hay libros
sin libros no hay historia
sin historia no hay hombres
sin hombres no hay pólvora
sin pólvora no hay fuego
sin fuego no hay lámparas
sin lámparas los niños se pierden en la noche
y olvidados
nadie palpará nuestras huellas.
Necesitamos una fábrica de nubes
para salvar la pintura
salvar la escultura
salvar la literatura
salvar la poesía
salvar el arte
y especialmente
para que los artistas
nos salven a nosotros.
Por las calles
deambula el poeta