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La planetaria
Bajo un inmenso y despejado cielo azul, Matí respira profundamente y siente su interior cargado de alegría y amor.
Rodeada de frondosos árboles y acompañada de los más melódicos sonidos de las aves, los micos aulladores, los insectos, la ciada del agua y demás amigos del bosque. Ella se recarga de tan maravillosa energía y en una meditación profunda trata de interconectarse con el aura natural y ascender a un nuevo nivel del espectro electromagnético.
Estando sentada sobre una roca, ella sintió un frio acogedor, refrescante que de pronto, la levantaba de su asiento rocoso. Continuando allí físicamente y al mismo tiempo iniciando un viaje astral.
De pronto unas luces violetas y verdes, degradadas hasta la luz blanca y brillante de donde se desprendía una voz; suave, cálida y tranquila que le habló.
“Matí, te he estado buscando por mucho tiempo, te invite a través del aura espacial, a que entraras a tu meditación profunda para poder contactarte. Soy Gaia, y te necesito urgente. Tengo un regalo especial para ti.”
Matí: Continuaba físicamente sentada en la misma roca. Pero su mente estaba comunicándose más allá, con alguien llamada Gaia. Mati le dijo a Gaia, que debo hacer para ayudarte.
Entonces, Gaia le respondió. Debes visitar Eternia, allí nos reuniremos con el resto del equipo especial.
Matí pensó, o no, pero yo no tengo visa, para llegar hasta por allá. Gaia le dijo. No te preocupes yo me encargo:)
Luego Matí abrió los ojos y se sintió un poco extraña, y se preguntaba si aquella experiencia, había sido real.
Cuando de pronto vio a un lado de la roca donde está sentada, un sobre y dentro de él, un pasaporte y su estampada Visa para Eternia, un tiquete aéreo y un mapa para encontrar el portal de encuentro…